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Actualizado: 17 de mayo de 2025


El arsénico tiene pocos ó ningun síntoma pura ó simplemente inflamatorios, porque su accion sobre el corazon y el sistema vascular es especial y subordinada á una alteracion profunda de la vida que tiende al aniquilamiento de la inervacion. Sus inflamaciones afectan formas atáxicas, gangrenosas, malignas.

«Mi buen hermano Francisco: Estoy enfermo de unas calenturas malignas; hace algún tiempo que tomaron muy mal aspecto, pero no he querido decírtelo; hoy tengo ya la certidumbre de que estas calenturas acabarán conmigo en un plazo brevísimo, y por una parte, una solemne promesa que hice á nuestro hermano Jerónimo cuando murió, y mi conciencia por otra, me obligan á traspasar á ti un gran secreto de familia.

Todo el espíritu de imitacion y ostentacion, la vanidad, la inquietud, la curiosidad insaciable y otras cualidades parecidas que tiene el hombre, son el distintivo del mono; prescindiendo de ciertas tentaciones traviesas y malignas en que los monos no nos llevan mucha ventaja a los animales parlantes de espíritu inmortal.

En los comienzos del año de 1709 desarrolláronse en Sevilla unas calenturas malignas, las cuales ofrecían peligroso contagio, del que fallecieron no pocas personas, contándose entre ellas muchos clérigos é individuos del cabildo catedral, pues según los historiadores, atacó á éstos con preferencia el mal por el contacto en que á diario estaban con multitud de pobres infestados; que acudían á las gradas de la basílica y al palacio arzobispal á recibir limosnas.

Andrés, detenido en medio del corredor, perseguía a la joven con una mirada estuosa y voraz, y las señoras de la casa, asomadas unas a cada puerta, atisbaban procaces y malignas. Fernando, desde la entrada del comedor, sonrió sobre aquella escena amarga, sin sorpresa ni indignación aparentes, y le dijo a Carmen, que se le había acercado medrosa: Anda, vente conmigo un poco a la huerta....

Mucho se alegró el ministro de verse al fin en este asilo, sin haberse vendido él mismo cometiendo una de esas extrañas y malignas excentricidades, á que había estado continuamente expuesto, mientras atravesaba las calles de la población.

Hacíase esto por la salud del reino, y porque Dios le libertase de la terrible peste que á la sazon se padecia en Italia, y que el ignorante vulgo creía originada de los llamados polvos de Milán con que personas malignas inficionáran las aguas.

Puesto que lo ha adivinado usted, no tengo que tomar precauciones oratorias... Se lo ruego a usted, señora; ¿de qué se la acusa? Cálmese usted o no me atreveré a continuar... Se trata, creo, de una ligereza... una imprudencia... Pero las suposiciones malignas van más lejos...

El período que precede al matrimonio es generalmente una amable suspensión de todas las facultades prácticas, y se tira el dinero por las ventanas... Es, con frecuencia, una fiebre de las más malignas, de la que las jóvenes se resisten durante algún tiempo... Y se acostumbra uno pronto a no calcular... ¡Qué exageración! exclamó Francisca. No, no exagero.

Reinan casi siempre en Pernambuco enfermedades malignas. Bahia, antigua capital del Brasil, no tiene de notable mas que su cómoda bahía; la ciudad está edificada sobre la falda de una montaña y se presenta al viajero como en forma de anfiteatro.

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