Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 13 de mayo de 2025
Cúbrase todo con caldo, hágase hervir el líquido, tápese la cazuela y se deja hervir hasta que esté todo bien cocido. CHULETAS DE CARNERO A LA PARRILLA. Prepárense todo lo anchas que sea posible; se sazonan de sal y se sumergen en aceite; se colocan sobre una parrilla al natural o empanadas, volviéndolas a los cinco minutos y teniéndolas otros cinco del otro lado.
El almuerzo nos ha costado lo siguiente: doce sueldos las dos chuletas; diez la racion de vaca á la moda, y la otra racion al natural; doce la botella de vino, dos el pan, cuatro las habichuelas, y cuatro de propina: total, cuarenta y cuatro sueldos, ó sea ocho reales y pico. ¡Qué diferencia entre este figon negro y ruin, y el espléndido restaurant de Vefour!
CHULETAS DE CORDERO A LA PAPILLOTE. Córtense las chuletas y aplástense, dándoles buena forma; se sazonan de sal y se colocan en una cacerola con tocino derretido; se rehogan volviéndolas, y cuando estén cocidas póngase a escurrir el tocino en otra cacerola, y con la grasa se rehogan finas hierbas, después de picadas, para retirarlas así que hayan perdido la humedad.
CHULETAS DE PRIMAVERA. Se sazonan con sal, se untan con manteca y envuelven en un papel untado también con manteca, se asan a la parrilla, y se sirven con macedonia de verduras. CHULETAS DE TERNERA A LA RUSA. Se sazonan y envuelven en harina las chuletas; se rehogan en manteca a fuego lento, se agrega caldo y se dejan hervir media hora; antes de servirlas se echan por encima pepinillos picados.
La carne que a él le tentaba era otra, la de ternera por ejemplo, y la de cerdo más, en buenas magras, chuletas riñonadas o solomillo bien puesto con guisantes. Más pronto se le iban los ojos detrás de un jamón que de una cadera, por suculenta que esta fuese, y la mejor falda para él era la que da nombre al guisado.
Cuando hubieron dado buen fin al pan y a las chuletas y se hubieron bebido el Jerez, los niños se animaron repentinamente, sobre todo el pequeño, que era el más aterido; sus mejillas recobraron el suave color de la infancia, y comenzaron a examinar con atención los objetos y las personas. ¿Habéis despachado ya? preguntó Hojeda... Pues vamos con la música a otra parte.
Luego pedimos chuletas de carnero, y volvió á hacer dos marcas en el artículo correspondiente. Lo mismo sucedió respecto de las demás cosas que pedimos. Concluido el almuerzo, pregunté á la sirviente qué debia hacer con aquella targeta tan decorada. Monsieur, allez au comptoir, s'il vous plaît.
Accedió Gallardo, y en una de las calles sin terminar inmediatas a la plaza, entró en una taberna igual a todas, con la fachada pintada de rojo, vidrieras con visillos del mismo color, y un escaparate en el que se exhibían, sobre platos polvorientos, chuletas empanadas, pájaros fritos y frascos de hortalizas en vinagre.
Vinieron las chuletas inmediatamente, no parecian malas, y mi mujer dejó escapar una mirada de intencion hácia mí, como si quisiera decirme: amigo mio, esto es otra cosa; este Paris no es aquel Paris. Comimos las chuletas, y quedamos dispuestos para los otros dos platos de carne. Pero ¡pecadores de nosotros! Nos habian servido una sopa: ¿y las otras dos que ofrecia el aviso?
Sus reminiscencias de una buena comida, por antigua que fuera su fecha, eran tan vivas que parecía que estaba realmente aspirando el olor de un lechoncito asado ó de un pavo trufado. Su paladar conservaba todavía el sabor de manjares que había comido hacía sesenta ó setenta años, como si se tratara de las chuletas de carnero del almuerzo de aquel día.
Palabra del Dia
Otros Mirando