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Como á las dos leguas encontré con una rancheria de Tobas á la parte del S. Dijéronme que eran del pueblo que se estaba haciendo: serian como 200 de toda chusma, y habiéndoles pedido un indio para que acompañase á D. Josè Parrilla, por tierra, adonde estaba el Comandante General D. Francisco Arias, y darle aviso de mi llegada, franquearon indio y caballo, y dijéronme distaba el nuevo pueblo cinco leguas: regalélos, y á la media legua habia á la parte del N una rancheria de 100 Mataguayos.

GALLINA EN PEBRE. Después de limpia se pone en la parrilla, untándola muy a menudo con manteca derretida, sal, ajos machacados y zumo de limón; cuando esté a medio asar se pone en una cazuela con manteca, perejil, pimienta, sal, laurel, y el jugo que sobre del asado, una jícara de aceite y el caldo necesario para cocer hasta que esté blanda.

Después de cocidas se rebozan con huevo y harina, y se fríen en aceite o manteca de cerdo. ANGUILA EN SALSA. Para guisar como es debido una anguila se la pone en la parrilla, envuelta en papel untado de aceite o manteca de cerdo; una vez hecha, se divide por el lomo al tiempo de servirla; para que esté mejor, se rellena con una masita hecha de manteca de vaca, hierbas finas y pan rallado.

CHULETAS DE CERDO. Se cortan delgadas, se adoban un buen rato con sal y ajos, y luego se envuelven en pan molido y se fríen o asan en la parrilla. JAMÓN FRITO. Se cortan las magras delgaditas y se tienen remojando un buen rato, se secan con un paño limpio y se fríen en aceite muy caliente, teniéndolas sólo un momento por cada lado.

Felipe II encomendó la obra á los famosos arquitectos Juan de Herrera y Juan Bautista de Toledo, y, á fuer de rey piadoso, quiso que no solo se construyese un palacio admirable, sino tambien un esplendido convento y una iglesia maravillosa. Para hacer mas vivo el recuerdo de San Lorenzo se dió á esos monumentos la forma general de una parrilla, símbolo del suplicio del Santo.

Era lo que podía reemplazar mejor el horno, puesto que Silas no había consentido nunca que agregaran uno ni tampoco una parrilla a sus exiguas comodidades. Quería a su viejo fogón de ladrillos como había querido a su cántaro de barro negro. ¿No fue delante de aquella hornalla que encontró a Eppie?

En estos apuros se manifestó el celo del tesorero D. Salvador Parrilla, dando de contado 2.000 pesos de sus propios intereses, para que se acuartelasen las milicias, y se previniesen municiones de guerra, entre tanto se daba parte á la Audiencia, para que deliberase lo que tuviese por conveniente.

CHULETAS DE CORDERO EMPANADAS. Después de rehogadas en manteca, pero sin que adquieran demasiado color, se dejan enfriar con su jugo, se preparan con yema de huevo, y pan en la forma ya conocida, se asan a la parrilla a fuego lento, y se sirven con jugo claro o zumo de limón.

Para servirlos fritos se rebozan en harina, huevo batido y miga de pan, friéndolos hasta que estén dorados. Cuando son asados se unta bien con aceite la parrilla, poniéndola sobre fuego bastante vivo; se les da vuelta con cuidado para que no se estropeen; la parrilla se unta segunda vez y cuando están a punto se colocan en una fuente con salsa de tomate.

LENGUA DE CARNERO CON TOMATE. Mondada y escaldada con agua hirviendo, se pone a escurrir y se cuece con caldo o agua un manojito de hierbas, sal, pimienta, cebollas y zanahorias; se raja a lo largo, después de despellejada se envuelve en un papel untado de aceite, se remoja en salsa de tomate, se tiene un rato en la parrilla, y se sirve en el mismo papel.