Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 3 de junio de 2025
El capitán, encapuchado como un fraile, encorvándose bajo el viento, que parecía querer arrancar del puente sus gruesas botas, altas hasta la rodilla, hablaba y hablaba á su segundo, inmóvil junto á él, cubierto igualmente con un impermeable que chorreaba humedad por todos sus pliegues. La lluvia iba rayando con leves arañazos de luz la lóbrega pizarra de la noche.
Don José, al volverse de cara a los fieles, no pudo reprimir un parpadeo de sorpresa viendo la inmovilidad devota de sus dos amigos. Y este agradecimiento, así como lo avanzado de la hora, le hizo despachar su misa rápidamente. Al terminar la ceremonia, don Carmelo fue el primero en huir, llevándose las manos al rostro, que chorreaba sudor. ¡Mardita sea mi arma!
¡Jinojo! que me ha dado usted un susto... gritó don Víctor, que descansaba allí dentro, sobre un banco rústico, mientras retorcía con fuerza el sombrero flexible que chorreaba una catarata de agua clara.
Después de arreglarse volvió a mirar la plaza, entretenida en ver cómo se deshacía el mágico encanto de la nieve; cómo se abrían surcos en la blancura de los techos; cómo se sacudían los pinos su desusada vestimenta; cómo, en fin, en el cuerpo del Rey y en el del caballo, se desleían los copos y chorreaba la humedad por el bronce abajo.
Aquí no parece haber nada observó Reginaldo, cuya cara estaba toda lastimada por las malezas espinosas y chorreaba sangre. Miré en contorno y tuve, con disgusto, que ratificar sus palabras. Los árboles eran grandes y sombríos donde estábamos parados, inclinándose algunos de ellos sobre la profunda quebrada por donde el río serpenteaba.
Jaime no pudo comprender este prodigio. ¿Realmente era él quien había tirado?... Quiso levantarse, y sus manos, al palpar el suelo, chapotearon en un barro denso y caliente. Se tocó el pecho, y también lo encontró mojado por algo tibio y espeso que chorreaba en hilillos sutiles e incesantes. Intentó contraer las piernas para arrodillarse, y las piernas no le obedecieron.
¿Y las de usted? le dijo a él Nieves viendo cómo le chorreaba el agua por las perneras abajo , ¿ son ropas mojadas? Las mías respondió Leto, no hacen daño donde están ahora: somos antiguos y buenos amigos el agua salada y yo... Además, ya están casi secas y acabarán de secarse al aire libre, adonde voy a ponerlas enseguida con el permiso de usted.
Experimentaron cierta cortedad al verse frente a frente, como si se arrepintieran de esta entrevista. A los pocos momentos chorreaba la humedad por sus ropas. Sentían las manos humedecidas, e instintivamente las guardaron en los bolsillos. Toda su vida se concentró en los ojos. Ella fue la primera en romper el silencio.
Con acento de rencor, como si el gigante tuviese la culpa de la herida recibida por su amada, Ra-Ra fué explicándole todo lo ocurrido desde que salió de la cárcel. Al caer en el fondo del bolsillo oyó gemidos dolorosos, viendo á continuación cómo la dulce Popito chorreaba sangre.
No pudo seguir en sus reflexiones. La tempestad había, estallado sobre él. La lluvia chorreaba por los bordes de su sombrero y corría a lo largo de su espalda. La noche había llegado de pronto. A la luz de los relámpagos veíase el mar con la superficie mate estremecida por el choque de la lluvia. Febrer marchó hacia la torre con toda la ligereza de sus piernas.
Palabra del Dia
Otros Mirando