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En el siglo que inaugura la era moderna es biforme entre nosotros la espresion de todas las grandes ideas sociales: la religion, la política, la literatura, el arte, se formulan de dos maneras enteramente opuestas en la corte y entre el pueblo: fórmula nacional y popular, católica, esclusista y celosa por un lado; fórmula de corte y gabinete, filosófica, reformista, incrédula, tolerante y sin celo, por el otro.

Al advertir el gesto de asombro de Ramiro, el espadero exclamó: Estas son las efigies de los muertos y fugitivos las cuales serán agora condenadas en su lugar con celosa justicia.

Y alegremente declaró a su hermana que Adriana tenía celos. ¿Adriana celosa? ¿Celosa de quién? De , de . ¡Oh, Adriana!, exclamó Carmen tomándole los brazos como pasmada de asombro. ¿En media hora te has enamorado de José Luis?

En aquel punto apareció Morsamor donde Urbási pugnaba por que Balarán no se la llevase consigo. ¡Sálvame, Morsamor! dijo al verle . ¡Amor mío, libértame de este aborrecido tirano! El corazón del Brahmatma ardió en celosa ira, al ver a su rival y al oír las amorosas palabras con que Urbási le llamaba.

El adulterio se ha perpetrado ya. El Duque concibe algunas sospechas. Federico, para engañar á su padre, pídele la mano de su sobrina Aurora, despreciada por él en los primeros arrebatos de su pasión; pero Casandra, ciega de amor, y celosa á causa del proyectado casamiento, abruma á reconvenciones á su amante, y el Duque, que los oye, se confirma en sus sospechas.

Su madre quería llevar las cosas a sangre y fuego; tenía a pecado imperdonable las blanduras y contemplaciones de su marido. «Cortar, cortar por lo sano, antes que la gangrena lo inficione todoDon Santiago la recordaba su obligación de ser clemente con su hijo, sin dejar por eso de ser madre celosa y justa: llevando las resistencias tan a punta de lanza, hasta podía enfermar el pobre chico con la batalla que traía en la cabeza.

¡No , efectivamente! ¿Es cierto, o no, que el Príncipe no podía decidirse a renunciar a la Condesa porque la amaba otra vez? Es cierto. ¿Y usted no estaba celosa?

Y que ella está enamorada, y celosa, y rabiando por que vos la pidáis la mano, no me lo digáis a , que en esto de amores soy yo maestra. Y si doña Guiomar no os quisiere, y para nada menos que para marido, que me lleven por esas calles hasta las cuatro estatuas de la Tablada con coroza y sambenito, y que allí me quemen viva.

Hay, por otra parte, un medio muy sencillo de formular el distingo que usted busca. Cuando, por ejemplo, ve usted en el mundo una madre de familia cuidadosa de sus deberes, celosa de su dignidad, buena esposa, buena madre, y adicta de una manera absoluta a aquel cuyo nombre lleva, ¿qué piensa usted? Que está dentro de su vocación, señor cura. Tiene usted razón.

Dormido ya Azagra, salió muy quedo Marcilla, y dominándose cuanto podía por no ser oído, habló y reconvino brevemente a Isabel; esta procuró disculparse por haber pasado el plazo, no haber recibido cartas suyas, y haberla obligado su padre cuando estaba celosa y desdeñada.