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Actualizado: 23 de junio de 2025
El amante de María la comedianta y Margarita la monja, sin ser hombre de mala índole, fue detestable rey: nacido acaso para que en él se mostrase de qué modo ciertas instituciones tuercen y bastardean la condición humana; porque así como las alturas de la Naturaleza causan el vértigo, en las cumbres sociales la tentación triunfa de la voluntad y la lisonja sofoca la virtud.
El Sinonog desciende de las montañas de Cabigan; en este mismo punto nace el Dumalón. El Dumanquilas, en el puerto del mismo nombre. El de San Ramón, que pasa por la colonia de su nombre, y otra infinidad de ellos que por su poco curso y rápida pendiente se hacen muy temibles en sus avenidas, las que causan bastantes daños.
El santo varón, por toda respuesta la bendijo. Después de esto comenzó la santa ceremonia. Solamente aquel que se haya arrodillado en momentos semejantes al pie del lecho de muerte de una persona querida es capaz de saber el efecto que causan en nuestra alma las palabras que en tal caso pronuncia el sacerdote y repiten los presentes.
No diremos por esto que no le hubiese favorecido más omitir las citas, que á veces se encuentran en sus obras; pero la extrañeza, que nos causan á primera vista, desaparece casi siempre al recordar la reflexión enunciada.
Con no mirar sus cuadros ó con no oir ó leer sus versos se remedia todo el mal que causan. No sucede lo mismo con aquellas profesiones de las que depende la grandeza ó la ruina de los Estados, la vida de muchos hombres y la hacienda de todos, desde el gran capitalista, al que tiene que vivir de un salario mezquino.
A no caer el Ingles en el engaño, Que causan con banderas y alboroto, Hiciera en aquel puerto mucho daño, Y fuera el miserable puerto roto. Milagro fué, sin duda, y caso estraño Estarse el enemigo algo remoto De tierra por tres dias, contemplando Lo que está nuestra gente maquinando.
Los objetos corpóreos obrando sobre el órgano de los sentidos, causan una impresion á nuestra alma; asegurémonos bien de cuál es esta impresion, sepamos hasta qué punto le corresponde la existencia de un objeto; hé aquí las reglas para no errar en estas materias. Algunas explicaciones enseñarán mas que los preceptos y teorías.
Nuestras ideas se hallan en este caso, pues ni se identifican con los objetos ni los causan. Nos es imposible saber si á mas de esa fuerza representativa que experimentamos en nuestras ideas, existen substancias finitas capaces de representar cosas distintas de ellas y no causadas por ellas.
La desgraciada condesa me expresó con estas palabras sus pensamientos: Gabriel, no puedo vivir más tiempo en esta triste soledad. La ausencia de lo que más amo en el mundo, y más que su ausencia, la consideración de su desgracia, me causan un dolor inmenso.
La primera: que hombres de espíritu tan levantado y de pensamientos tan grandes desean siempre novedades y las buscan y causan, porque solo con el medio de nuevos movimientos suelen conseguir los intentos, abriendo camino con las armas de su industria y trazas en que los hemos visto tan bien ejercitados, porque á un príncipe que desee y ame la paz y conservacion de su estado, no solamente estos padres no le pueden ser de provecho para este fin, antes de daño, causando alborotos, y poniéndole en compromiso su estado, si teniéndolos en él no los favorece, ó si favoreciéndoles se gobierna por sus consejos.
Palabra del Dia
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