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Actualizado: 10 de julio de 2025
La niña, anegada en lágrimas, cae entre su madre y un viejo achacoso que va a tomar las aguas: la bella casada entre una actriz que va a las provincias, y que lleva sobre las rodillas una gran caja de cartón con sus preciosidades de reina y princesa, y una vieja monstruosa que lleva encima un perro faldero, que ladra y muerde por el pronto como si viese el aguador, y que hará probablemente algunas otras gracias por el camino.
También se puede, por medio de una tira estrecha de papel y un alfiler doblado a manera de gancho, aplicar una lárgala en la cintura, o estampar con cartón recortado y untado de tiza, la figura de un borrico en la espalda. Otro chasco favorito de la Fábrica es, averiguado el número del billete de lotería que tomó alguna bobalicona, hacerle creer que está premiado.
Y entre este tintineo general, que casi ahogaba los sonidos de los instrumentos, desfiló la comitiva: el tambor mayor al frente de la banda; toda la servidumbre portadora de faroles; las camareras disfrazadas de floristas, y un gran número de animales, osos, perros y leones, mozos de buena fe, que sudaban bajo los forros de pieles y movían de un lado a otro sus cabezas de cartón rugiendo o ladrando.
Es grisáceo; tiene cerca de dos centímetros; salta e intenta volar, y cuando cae de espaldas hace sobre el cartón un ruido sonoro de tambor. Ron, al principio, se ha azorado un poco de este estrépito.
Antes de comenzar los autos, los danzantes de la procesión y los monigotes referidos, de cartón, ostentan sus habilidades en presencia del pueblo.
Rafael se fijaba en los retratos uno por uno: aquí parecía más esbelta y triste, como si acabara de salir de una enfermedad; allí fuerte y arrogante, como si desafiara la vida con su hermosura. ¡Ay, Rafael! murmuraba ella pensativa. No todo son alegrías. Yo he pasado mis tempestades como todos. He vivido mucho, y estos pedazos de cartón son capítulos de mí existencia.
Ahí tenéis colores, pinceles y cartón, dijo el viejo artista, y no os doy vidrio porque eso requiere conocimientos especiales y bastante tiempo. Os ruego que me déis una muestra de vuestro trabajo. Gracias, hija mía. Llena los vasos hasta el borde.
Excuso decir que en aquel reñido combate forjado dentro de mi propio cerebro, derroté a todos los ingleses habidos y por haber, con más facilidad que si sus barcos fueran de cartón, y de miga de pan sus balas.
Varias muchachas desgreñadas, de las de la busca, manteaban un pelele: un traje viejo lleno de paja, con enormes tumores, calzado con unas botinas rotas y rematado por una cabeza de cartón. Un grupo de mozuelos intentaba arrebatarlas el pelele para llevárselo prisionero a la taberna, y las greñudas, armadas de escobas, defendían a golpes el monigote.
Una pierna que parecía de cartón chamuscado asomaba entre los escombros. Creyó ver otra vez á la vieja con los nietos agarrados á sus faldas. «Señor, ¿por qué huyen las gentes? La guerra es asunto de soldados. Nosotros no hacemos mal á nadie y nada debemos temer.» Media hora después, al bajar una cuesta, tuvo el más inesperado de los encuentros.
Palabra del Dia
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