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Actualizado: 21 de octubre de 2025


En toda la provincia de Toscana, ya sea en la choza del pobre, ya en el palacio de un príncipe, el paciente, humilde y caritativo fraile capuchino es bien acogido; en la casa de todo contadino está siempre preparado para él un pedazo de pan y una botella de vino, y en las villas y palacios de los ricos encuentran siempre un lugar en la sala de los sirvientes.

Era lo último que a Mariano le quedaba que ver. « prosiguió aquel individuo, cuyo retrato no haremos porque una mano más hábil lo hará después , soy hombre caritativo. Sabes que he visto a tu hermana, y que la he amparado. La he conocido estos días, cuando he ido al Modelo a ver a una prima que está allí por unas roías lesiones... Tu hermana es muy guapa.

Eres una ingrata, una mala hija... Después de lo que he hecho por ti, me niegas este último consuelo... ¿Es esto caritativo? La anciana se agitaba, presa de una excitación febril y balbucía palabras entrecortadas. Liette vacilaba...

Un gobierno me quita el CRISTIANISMO Y EL PROGRESO; Dios, que es más providente, más justo, más caritativo y más grande que todos los gobiernos reunidos, me abrirá camino por otro lado. Esta duda desola á mi mujer. ¿Qué harémos? me dice. No te aflijas, le contesto yo.

Hemos acordado que haga usted los zapatos para los Padres de la residencia: cinco padres y un lego. Don Restituto Neira, señor caritativo y dadivoso, y su santa esposa, doña Basilisa, los cuales, como usted no ignora, nos han cedido el último piso de su palacio para residencia, desean también que usted haga el calzado para la servidumbre.

¿Quién es? Un semi-Dios. Este otro es honrado, caritativo, afectuoso, creador, valiente. ¿Lleva los bigotes untados con resina á izquierda y derecha, como si fuese pregonando la guerra al gran turco? No. ¿Lleva cadena? No. ¿Lleva brillantes? -No. ¿Va en coche? No. ¿Tiene una librea que le idolatre? -No. ¿Quién es? Nada; un pobre diablo.

Aquí, en la flor de su edad, le llamó Dios á la Compañía, donde luego que entró en ella se dió de veras al estudio de la virtud en que salió aventajado, y se mantuvo con vida ejemplar en la larga carrera de sus estudios, con igual aprobación, así de los Superiores como de los compañeros, de los cuales era á un mismo tiempo amado por la dulzura de su trato afable y caritativo y venerado por la solidez de sus virtudes siempre igual á mismo, y manteniendo un tenor de alegría inalterable, afabilísimo con todos, y liberal y pronto á servir á sus hermanos aun en las cosas más difíciles.

Era la tumba de su viejo amigo, el doctor Reynaud, muerto en sus brazos en 1871, y ¡en qué circunstancias! El doctor era como Bernardo, nunca iba a misa, y jamás se confesaba; ¡pero era tan bueno, tan caritativo, tan compasivo con los que sufrían!... Esta era la gran preocupación, la grande inquietud del cura. Su amigo Reynaud, ¿dónde estaría?

Y satisfecha de este caritativo deseo, se removió en el asiento, enderezó la sombrilla, y quedó inmóvil, con los morros apretados, fingiendo no ver ni oír al Ingeniero y sus parientes. El chamarilero, sentado en el sillón, aconsejaba a su sobrino dónde debía hacer las compras. La tienda de la Ribera de Curtidores era ahora de sus hijos; se la había traspasado para quedar en completa libertad.

¡No faltaba más...! ¡Ya lo creo que se los daré! exclamó don Ramón, que era hombre caritativo, echando mano a la cartera. Pero de pronto se detuvo, quedó un instante suspenso y por fin, levantándose, fue a su despacho. Miró su libro de gastos y vio que el día anterior había quedado agotada la consignación mensual de limosnas.

Palabra del Dia

mármor

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