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Actualizado: 14 de junio de 2025
¡Duerme! duerme Santos Vega, Que mientras en el desierto Se oiga ese vago concierto, Tu nombre será inmortal; Y lo ha de escuchar el gaucho Tendido en su duro lecho, Mientras en pajizo techo Cante el gallo matinal.
Las carcajadas que la inocencia de la pobre mujer produjo en la reunión encresparon más y más á Frasquito. ¡Tío, no hay peor borracho que usté en el mundo! Basta ya de medicina manifestó Antonio y que Paca nos cante una carbonerilla. ¡Eso!
Los demás recalaron todos á la tienda de Crisanto, en la calle de Pedro Conde, levantaron al montañés que ya se había acostado, é introduciéndose por la puerta falsa del portal, invadieron ruidosamente el establecimiento. Y ¡vengan cañas de Sanlúcar! ¡venga cante y guitarra y jaleo!
La noticia me produjo el disgusto que V. puede suponer; porque siempre he delirado por mis hijos: y como si aquello fuese castigo providencial o por lo menos advertencia saludable, después de grave y prolongada meditación, en que me eché en cara sin piedad, mi conducta infame y ridícula, canté sin rebozo el yo pecador y resolví obedecer a mi esposa inmediatamente.
Indicio ha dado esta no vista hazaña Del valor que en los siglos venideros Tendrán los hijos de la fuerte España, Hijos de tales padres herederos: No de la muerte la feroz guadaña, Ni los cursos de tiempos tan ligeros Harán que de Numancia yo no cante El fuerte brazo y animo constante: Hallo sola en Numancia todo quanto Debe con justo titulo cantarse Y lo que puede dar materia al canto, Para poder mil siglos ocuparse La fuerza no vencida, el valor tanto, Dino de en prosa y verso celebrarse, Mas pues de esto se encarga mi memoria, Dese feliz remate á nuestra historia.
Como él no hay otro en la Guardia Blanca. ¡Que cante, que cante! ¡Alto ahí! dijo entonces el capitán Golvín. Para entonar unas trovas como Dios manda nadie mejor que el mocetón éste. Y al decirlo puso la mano en el hombro de Tristán. Muy cierto es, que á bordo del galeón parecía rugir la tempestad cuando él cantaba "Las campanas de Milton." Ó "La Molinera de York." ¡Anda, Tristán!
»Ese día, por fortuna, era el santo del duque de Arcos; y aquella tarde, todavía me acuerdo, aunque apenas tenía doce años, mi tío me dijo con aquella voz terrible que me llenaba de espanto: »¡Vamos, Juanita! ¡diviérteme! ¡Canta una barcarola! »¡Sí, señora! exclamó vivamente Gerardo, a quien la música le hacía olvidarlo todo. Cante usted el aire de Pórpora: O pescator felice.
Habéis oído la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y piadoso. 13 ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante. 14 ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la Iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el Nombre del Señor;
Ven á mis manos, armoniosa lira: Quiero cantar la gracia y la belleza, Que el entusiasmo que arde en mi cabeza Manda que cante á la beldad que inspira. No encuentro nombre que darle Y mi ardiente fantasía No tiene la poesía Que esa imágen tiene en sí. Cantaré sus perfecciones Mucho mas bellas al verlas, Mas si quereis comprenderlas A contemplarlas venid.
Hay que hacer más, y manda que se cante al uso de la tierra; pero nadie está en voz para ello, y canta él a grito pelado tonadas del valle nativo, y hasta el «prefacio» de la misa del día del «Corpus», la más solemne y regorjeada del año. En esta prueba, ya mira el hombre al cantor y muestra algún deleite en oírle.
Palabra del Dia
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