Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 27 de mayo de 2025
Para colmo de aflicción, vió la buena señora por todas partes los objetos con que Celinina había alborozado sus últimos días; y como éstos eran los que preceden á Navidad, rodaban por el suelo pavos de barro con patas de alambre; un San José sin manos; un pesebre con el Niño Dios, semejante á una bolita de color de rosa; un Rey Mago montado en arrogante camello sin cabeza.
3 De entre los animales, todo el de pezuña, y que tiene las pezuñas hendidas, y que rumia, éste comeréis. 4 Estos sin embargo no comeréis de los que rumian y de los que tienen pezuña: el camello, porque rumia mas no tiene pezuña hendida, habéis de tenerlo por inmundo; 5 también el conejo, porque rumia, mas no tiene pezuña, lo tendréis por inmundo;
6 Todo animal de pezuñas, que tiene hendidura de dos uñas, y que rumiare entre los animales, ese comeréis. 7 Pero éstos no comeréis de los que rumian, o tienen uña hendida: camello, y liebre, y conejo, porque rumian, mas no tienen uña hendida, os serán inmundos; 8 ni puerco, porque tiene uña hendida, mas no rumia, os será inmundo. De la carne de éstos no comeréis, ni tocaréis sus cuerpos muertos.
Guias ciegas, que colays el moxquito, mas tragays el camello. Pharišeo ciego, limpia primero loque eštá dentro del vašo y del plato, paraque tambien lo que eštá fuera še haga limpio. Ay de vošotros Ešcribas y Pharišeos, hypocritas: porque šoys šemejantes,
El gran monstruo midió de una mirada el volumen de sus miembros multiplicados y la anchura del arco por donde había de pasar. El camello iba á pasar por el ojo de la aguja. Hubo un movimiento convulsivo de codos, y los abdómenes se deprimieron, giraban los cuerpos, y algunos sombreros saltaron á impulsos de las repercusiones y choques de tantas cabezas.
Pero ahora resulta que soy dromedario por ser sacerdote.... La verdad; eso, Belarmino, es una grosería, impropia de ti. Belarmino hizo un gesto conmiserado, resignado, como diciendo: tendré que metérselo en la boca con cuchara. Y explicó la ya conocida alegoría del dromedario y el camello, dejando boquiabierto al fraile. Concluyó Belarmino, ya en su jerga privativa.
Era un viejo rosario de Tierra Santa, cuyas cuentas, hechas de hueso de camello, habían sido ensartadas en fuerte y apretado cordón de seda blanca. «Lleva siempre contigo esta soga de estrangular demonios», habíale dicho el franciscano al ofrecérselo. La iglesia estaba sola y obscura. Una lámpara de plata ardía en la capilla mayor.
No se dejaba cabalgar de otro jinete que el príncipe, a la sazón Sultán; pero en trueque era la más dócil hacanea si alguna dama hermosa intentaba montarlo. Andaba tres farasangas de sol a sol; corría el doble que el corcel más corredor; en la arena dejaba atrás al camello más fuerte, y pasaba a nado el Guadalquivir en los días más iracundos de su tempestuosa soberbia.
Blanda coraza que se presta y se pliega, cediendo sin ceder del todo. Fué una revolución análoga á la de Gustavo Adolfo cuando aligeró á sus soldados de las pesadas armaduras de hierro, cubriendo el pecho con una coraza de sólido cuero de camello, aunque poco pesado y suave. Revolución atrevida, pero prudente.
Mas pasmado y mas enojado Zadig que nunca en toda, su vida, le dixo: Bien mereciérais, puesto que sois linda, que os aporreara yo como él hacia, tanta es vuestra locura; pero no me tomaré ese trabajo. Subió luego en su camello, y se encaminó al pueblo. Pocos pasos habia andado, quando volvió la cara al ruido que metian quatro correos de Babilonia, que á carrera tendida venian.
Palabra del Dia
Otros Mirando