United States or Brunei ? Vote for the TOP Country of the Week !


¿Qué tal, hijita mía le dijo Fernanda pasándole la mano por la cara, te diviertes? Ah, mucho, mucho, mamá replicole Blanca. ¿Y usted, señor don Benito?... Sabe que tengo que darle las gracias por el compañero. Es un maestro; baila el vals admirablemente... ¿Nada más que el vals? preguntó con sorna don Benito. ¡Oh, nada más! Ninguna mujer chic baila otra cosa... ¿No es verdad, mamá?

La desesperación y el misticismo de la adolescencia la habían arrastrado hacia la vida monjil. Su padre estuvo próximo a ahogarse de pena. Pero la religión, ¡aquella religión por la que deseaba dar la vida!... Aceptó don Benito lo del monjío en un convento de Mallorca, donde él pudiera ver a su hija todos los días. Pero ningún convento quiso abrir sus puertas para ella.

Estos guardas andaban bien armados, llevaban una linterna sorda, y un perro para que les avisase de cualquier ruido. De las puertas interiores existen todavía algunas en la ciudad con el nombre de portillos. Alvaro Colodro y Benito de Baños fueron los primeros soldados cristianos que escalaron la muralla por el punto mismo que hoy ocupa la Puerta de Colodro.

Al encontrarse se estrecharon la mano. «¿Has estado en Valldemosa?...» Toni sabía ya su viaje, gracias a la facilidad con que circulan las más insignificantes noticias en el ambiente monótono y calmoso de una ciudad provinciana ávida de curiosidades. Algo más cuentan dijo Toni en su mallorquín de campesino , algo que me parece mentira. ¿Dicen que te casas con la atlota de don Benito Valls?

El Magistral se cogió a la pared y al hombro de su madre para tenerse en pie. En su despacho se sentó un momento. ¿Mandamos por un coche?... , es claro; ya debía estar hecho eso. A Benito, aquí en la esquina.... Entró Teresa. Esta carta para el señorito. Doña Paula la tomó, no conoció la letra del sobre. Fermín ; era la de Ana, desfigurada, obra de una mano temblorosa....

El Capitan cayò muerto en la tierra, Benito, segun dicen, lo matára: Movióle

Tal vez hasta lo del casamiento era mentira... No, madó. Me caso con una chueta... Me caso con la hija de don Benito Valls. Para eso iré hoy a Valldemosa. La voz apagada de Jaime, sus ojos bajos, el acento tímido con que susurró tales palabras, quitaron toda duda a la sirviente. Quedó ésta con la boca abierta, los brazos caídos, sin fuerzas para levantar las manos ni los ojos.

El Castillo ganado, la villa que era de Griegos sin defensa alguna se acometió luego, antes que los naturales pudiesen ponerse en resistencia, ni esconder su hacienda. Fué la presa riquísima, porque á mas del oro, y plata, y vestidos de precio que se ganaron, se tomaron tres Reliquias grandes que estaban en el castillo, empeñadas por los Turcos al Genovés Benito Jaqueria.

No había concluido el primer acto, cuando en un palco de la izquierda aparecieron Fernanda y Blanca Montifiori con el doctor Montifiori y mi tío. Las dos mujeres estaban radiantes de belleza y de lujo. Parecían dos hermanas. Todas las miradas se concentraron en el palco, todos los anteojos se clavaron en Blanca y Fernanda. Don Benito, que estaba a mi lado, me tocó el brazo.

El notario, al verle salir así, y pensando mejor, se arrepintió de haber entregado aquellos cuartos a semejante mamarracho. Algo sabía D. Benito, y aún algos, del pito que tocaba Reyes en su casa; pero lo que acababa de oír y lo que sospechaba le hacía ver con claridad del mediodía: y de resultas de esta clarividencia empezó a temer por su dinero.