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Actualizado: 28 de mayo de 2025
La protección del gran poeta hubo, sin duda, de ayudarle mucho, cuando á los diez y siete años de edad principió á escribir para el teatro; sus primeros ensayos fueron alabados, consagrándose á su vocación con tal celo, que, durante el espacio comprendido entre 1619 y 1638, se habían representado ya cien comedias suyas . A los treinta y tres años entró en el estado eclesiástico, y poco después fué nombrado notario apostólico de la Inquisición.
¿Puedo ayudarle? Ciertamente. Tome esas tijeras y tenga la bondad de cortar las flores que yo vaya designando. Delaberge se puso alegremente al trabajo.
Gallardo avanzó hacia el toro lentamente, llevando la muleta apoyada en el vientre como una bandera y agitando en la otra mano la espada con un movimiento de péndulo que acompañaba su paso. Al volver un instante la cabeza, vio que le seguían el Nacional y otro de su cuadrilla con el capote al brazo para ayudarle. ¡Fuera too er mundo!
El escritorio del muerto era un pesado mueble anticuado, de roble tallado, y al abrir ella el primer cajón y sacar lo que contenía, acerqué dos sillas y me puse a ayudarle, con el fin de hacer un examen metódico y completo. Los papeles eran, en su mayoría, cartas de amigos y correspondencia con abogados y comisionistas de la City, que le hablaban sobre sus diferentes inversiones de dinero.
Algunos, Visita y Paco entre ellos, querían coronarlo, pero él prefirió correr a su cuarto para mudarse de pies a cabeza. Entró con él la Regenta para ayudarle. ¿Y don Fermín? preguntó. Tu don Fermín es un botarate, hija mía, y perdona contestó Quintanar de mal humor, mientras se mudaba los calcetines. Y refirió a su mujer todo lo que les había sucedido, menos el hallazgo de la liga.
Bien puede ser así dijo Robledo, que necesitaba mostrarse igualmente optimista. Le había infundido al principio una gran inquietud el desaliento de su amigo, y prefería ayudarle á recobrar cierta confianza en el porvenir. Así pasaría mejor la noche. Verás como todo se arregla, Federico. No concedas demasiado valor á lo que dicen los antiguos parásitos de Fontenoy, aconsejados por el miedo.
Está en la ambulancia; vea usted, allá abajo, donde brilla aquella luz. ¡Pobre hija mía! dijo Catalina ; voy a ayudarle, y así entraré en calor. Hullin, cuando vio que se alejaba, hizo un gesto como diciendo: «¡Qué mujer!»
Sintió pasos detrás de él, volvió la cara, vio a Tiburcio que le seguía dispuesto a ayudarle, y con mirada expresiva se lo agradeció sin pronunciar palabra. No era menester que la pronunciase; Tiburcio lo había adivinado todo y se puso delante de Morsamor, como para servirle de guía. Así llegaron a la cámara, donde yacía muerto Abdul ben Hixen. El humo era sofocante.
No por esto olvidaba a su protector. ¡Ay, aquel don Pablo, cuánto bien le había hecho! Por él, su hijo Fermín era un caballero. El viejo Dupont, al ver la actividad que mostraba el muchacho en su escritorio, donde había entrado como zagal para los recados, quiso ayudarle con su protección. Fermín se había instruido aprovechando la presencia en Jerez de Salvatierra.
Pero el viejo movía la cabeza en señal de incredulidad y se ha puesto a relatar el objeto de su visita. Este viejo ha dicho que él es autor cómico. Azorín se ha quedado estupefacto. Autor dramático, acaso; pero cómico le parecía una enormidad. Luego ha añadido que a él le han dicho que Azorín tiene en Madrid muchas relaciones y que podrá ayudarle, porque es muy benévolo.
Palabra del Dia
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