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Actualizado: 18 de mayo de 2025
Desde el comienzo de su reinado, el Rey, nuestro augusto amo, veíase atormentado de una enfermedad de que nadie había logrado aliviarle; el señor Zúñiga, médico de la corte, llegó a perder la esperanza; y todo lo que había podido descubrir era que esta enfermedad tenía mucha semejanza con una inventada por los ingleses y que ellos llaman spleen.
Llegan entonces servidores del Rey; él cree que lo persiguen, y, ciego de ira, se arroja desde lo alto de un peñasco, y se mata. Los criados del Rey son portadores de aquella carta envenenada, que la Reina recibe, contenta y placentera, de su señor y esposo. Londres. El palacio real. El Rey, atormentado por sus remordimientos, acecha oculto á su esposa.
Y luego su lepra fue limpiada. 5 Y entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, 6 y diciendo: Señor, mi criado yace en casa paralítico, gravemente atormentado. 7 Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. 8 Y respondió el centurión, y dijo: Señor, no soy digno de que entres debajo de mi techado; mas solamente di con la palabra, y mi criado sanará.
Se nos acusa de haber procedido con crueldad y codicia y de haber sometido á duros trabajos y atormentado con atroces castigos á la población india, hasta el extremo de mermarla y aun de hacerla desaparecer en algunas regiones.
Los cañones de largo alcance seguían tirando sobre la capital; casi todas las semanas, escuadrillas de aviones alemanes hacían una excursión nocturna sobre ella, arrojando explosivos. Tal viaje ofrecía el aliciente de la emoción y del peligro á este solitario, atormentado en su robustez por una existencia inmóvil y monótona, sin otra novedad que el rumiar de nuevo sus recuerdos.
Don Anselmo, excitado, volvió a desenvolver sus doctrinas de positivismo, y el Padre, cediendo a las instancias de doña Luz y de su amiga, volvió a discutir con su acostumbrada dulzura, tranquilidad y sosiego. El P. Enrique ni estaba más pálido, ni más flaco, ni más caído que antes. En su voz no se notaba jamás la menor alteración; nada de violento ni de atormentado en sus ademanes ni en su gesto.
Bajo su borde se abre la boca sombría del abismo de misterios que se esconde bajo la montaña de hielo, y por la abertura abovedada sale como una furia el torrente, repentino y atormentado cual si lo vomitase algun gigante abrumado por el peso de la inmensa mole cristalina.
Y mientras se formaba y consolidaba en las cubiertas rápidamente un prestigio de héroe para Isidro, éste, con toda calma, tomaba un baño y se vestía de blanco, luego de repeler aquel traje de lanilla que le había atormentado con su peso lo mismo que una armadura. Al salir del camarote se tropezó con «el hombre fúnebre».
Una mancha en su conciencia, respecto á cualquiera cosa que se relacionase con sus deberes de empleado, habría atormentado á una persona semejante, del mismo modo, aunque en un grado mucho mayor, que un error en el balance de una cuenta, ó un borrón de tinta en la bella página de un libro del Registro.
Lloraba por cualquier cosa; a veces sin motivo alguno y cuando menos se esperaba; pero las lágrimas eran tan dulces y sentía con ellas placer tan intenso, que en muchas ocasiones las provocaba con artificio. ¡Cuántas veces, contemplando desde aquella ventana los celajes del horizonte teñidos de grana y los últimos resplandores del sol moribundo, sintió su corazón acongojado por una profunda melancolía que venía a deshacerse en sollozos! ¡Cuántas veces había atormentado a su padre con lloro intempestivo, cuya causa no acertaba a decir porque no la sabía ella misma!
Palabra del Dia
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