Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 10 de julio de 2025
Los epígrafes, que llevan los dramas de nuestro poeta, denominados unas veces comedias y otras tragedias, y hasta su poética, no distingue teóricamente y con claridad un género de otro. Carece, sin duda, de una regla fija, á qué atenerse, y á no dominarle sus singulares preocupaciones, hubiera confesado que todas ellas pertenecen á una sola clase.
Bien seguro que allá por las Américas no se reirá tanto ese día como aquí se reía. Las mejillas de Elena enrojecieron al oír mentar a su marido. El tío Leandro, que algo sabía a qué atenerse sobre el viaje de don Germán, clavó una mirada iracunda sobre el bárbaro zagal y se le vieron intenciones claras de arrojarse sobre aquel «piazo animal».
Durante su residencia en Francia, justamente en los días en que la escuela romántica triunfaba por vez primera, modificó Martínez de la Rosa sus ideas sobre dramaturgia, en el sentido de renunciar á tan arbitrario sistema al escribir su primera obra dramática, y atenerse sólo á la observancia de las reglas evidentes é inmutables, que son esenciales á este género poético.
»A todo esto, los días pasaban, la fiebre era imperceptible, y, sin embargo, la enferma, lejos de mejorar, se iba aniquilando poco a poco. El médico se impacientaba ya, porque no sabía a qué atenerse, y me miraba a mí y yo le miraba a él. Los dos teníamos las mismas dudas, ¡ay!, y los mismos temores. »La casa comenzaba a tomar ese aspecto fúnebre y sombrío de las grandes tristezas del hogar.
Risa inextinguible le causaban los que sostienen que se ignora el origen de estas ideas. Lo ignorarían ellos. Moreno y él sabían perfectamente a qué atenerse. Eran sensaciones, nada más que sensaciones, agradables o desagradables, como las que produce la humedad, el calor o la fetidez de las alcantarillas.
Y terminaban afirmando que Montesinos desahogaba su amargura y despecho blasfemando de palabra cuando se le presentaba la ocasión y publicando artículos en los periódicos y revistas de los masones. El P. Gil no sabía a qué atenerse. Inclinábase, no obstante, a esta última opinión, que conciliaba hasta cierto punto la benévola de su hermana y ciertos amigos con la mala fama que tenía en el pueblo.
Estraño es por lo menos que hombres que deben estar al corriente del progreso terapéutico, acusen á los homeópatas de no tener jamás en cuenta las causas, por atenerse tan solo á los síntomas de las enfermedades que tratan. No es esta sola la acusacion que se dirige á los homeópatas, pues Mr. Trousseau se entrega al vano pasatiempo de relegar la homeopatía entre las doctrinas desechadas.
¡Bella frase! ¡Muy hermosa! Pero sé que habla usted con facilidad y no habrá usted de satisfacerme con palabras. ¿Hemos llegado al caso de tener que disculparme con usted? Estamos en el caso preciso de que cada cual sepa á qué atenerse. Hace un momento enumerábamos las cualidades de nuestros países. América posee, entre otras, una que domina en todos sus actos: el sentido práctico.
La servidumbre y los amigos íntimos sabían, no obstante, á qué atenerse sobre esta cortesía. La condesa quiso ir á la romería de su parroquia. La idea de presenciar nuevamente una fiesta donde tanto había gozado cuando niña, la lisonjeaba en extremo.
D. Pantaleón, aunque sintió el disgusto de su hija, sólo vio en la determinación de Llot un fenómeno fisiológico, pero se guardó bien de explicarlo. En el estado de exaltación en que se hallaban los ánimos pudiera levantar un conflicto. D.ª Carolina era la única que sabía a qué atenerse. El presbítero, en su conferencia, había insinuado la palabra dote.
Palabra del Dia
Otros Mirando