Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 5 de mayo de 2025


«Esos ojos que derraman Amores y poesía Consuelan el alma mia, Mitigan mi cruel dolor. De esos astros de mi cielo Sobre mi frente marchita Caiga una gota bendita, Una lágrima de amorDe su guitarra al compás Esto un poeta cantaba, Y bajo un balcon estaba Del objeto de su amor: Caer sintió sobre su frente Una gota suave y pura, Una gota de ternura, Una lágrima de amor.

No había más luz que el difuso resplandor de los astros esparcidos en el espacio como polvo de oro. De la inmensa bóveda parecía descender una calma religiosa, una majestad abrumadora que penetraba en el alma de aquellas gentes sencillas. El infinito comenzaba a embriagarles con el mareo de su grandeza. Vosotros dijo Gabriel tenéis los ojos cerrados para la inmensidad. No podéis comprenderla.

La música de los campanarios caía sobre la ciudad en frescas oleadas y se difundía por el valle, a manera de río desbordado que quisiera escaparse por los barrancos. Allí se detenía un instante, y luego como que se levantaba ansiosa de volver a las alturas, para remontarse a los cielos en pos de los astros que iban palideciendo y borrándose en la ténue claridad del crepúsculo.

Y las leyes de honor, las preocupaciones de la vida social todas, ¿qué eran al lado de las grandes y fijas y naturales leyes a que obedecían los astros en el cielo, las olas en el mar, el fuego bajo la tierra, la savia circulando por las plantas?».

No; es la muerte de Caldas, lo que no se perdona, del sabio Caldas, de ese Humboldt americano que, sin elementos, sin recursos, sin guía ni modelo, había emprendido la obra inmensa de clasificar la flora y la fauna infinita de su patria y explorar su cielo cubierto de astros innumerables...

El recuerdo de la noche pasada en el tren, noche de insomnio en compañía de la imagen de Teri envuelta en su capa blanca, con las plumas ondulantes sobre el peinado y dos astros en las orejas, le hizo recordar que tenía ante él una carta sin concluir; y otra vez concentrando su mirada, se vio en el jardín de invierno del trasatlántico. Estaba solo.

dijo don Víctor, que manifestaba a menudo su buen humor recitando versos del Príncipe de nuestros ingenios o de algún otro de los astros de primera magnitud.

Vamos por fin á cometer la mayor de las crueldades: ceguemos en un momento á todos los vivientes que hay sobre la tierra, y aun á todos los que pueda haber en los astros.

Mas no calma el infinito anhelo de la idea rebelde o redentora; si se apagan los astros en el cielo, la luz presiente de la nueva aurora. Por eso, el alma mía, para llenar ese vacío horrible, a otras regiones ascender ansía... mas ¡ay! ¿será posible? ¿Porqué, cuando la noche perezosa envuelve la ciudad en el misterio, así me atrae la olvidada fosa, perdida en un rincón del cementerio?

Las estrellas brillaban aún con un fulgor pálido y moribundo, y un silencio sepulcral reinaba en el fondo de todos los abismos. Un lampo de claridad apareció en el oriente como una mota de indecisa blancura; despues se extendió al pié del horizonte en una inmensa cinta luminosa y rosada, y los astros apagaron su tembloroso brillo.

Palabra del Dia

bagani

Otros Mirando