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Actualizado: 2 de junio de 2025


fuiste la ilusión.... , por ti hizo otra vez presa en mi alma la naturaleza inexorable y tenaz.... Fui vencido.... No era posible ya obtener la quietud de ánimo, el anonadamiento, la perfecta y contemplativa tranquilidad a que aspiraba... por eso quise poner fin a mi vida, cada vez más insufrible....

El rico chueta avanzaba los labios, poniéndolos en forma circular como la boca de una trompetilla, y aspiraba el aire con ruido fatigoso. Como todos los enfermos, sentía la necesidad de hablar, y sus palabras eran interminables, entre balbuceos y largos descansos que le dejaban con el pecho jadeante y los ojos en alto, cual si fuese a morir asfixiado.

Y cuando poco después, disgustado de aquella vana humareda de gloria militar, aspiraba yo a lo único que hay real y positivo en este mundo; cuando a costa de cinco o seis años de vida anhelé poseer grandes riquezas, también me las otorgó.

Esta ovación de la Naturaleza, que en los primeros días hizo enrojecer de orgullo á nuestra primera madre, fué acogida finalmente con indiferencia por ella. Era el aplauso de una muchedumbre inferior, y Eva aspiraba á la aprobación de sus iguales.

Fui el primero que introdujo acabar las coplas como los sermones, con «aquí gracia y después gloria», en esta copla de un cautivo de Tetuán: Pidámosle sin falacia al alto Rey sin escoria, pues ve nuestra pertinacia, que nos quiera dar su gracia, y después allá la gloria. Amén. Estaba viento en popa con estas cosas, rico y próspero, y tal, que casi aspiraba ya a ser autor.

Para la desdichada mujer, que ya se había considerado libre de aquel padrón de afrenta, y sólo aspiraba a que en el pueblo se fuera olvidando, como se olvidaba, que había existido, y a que su hija no tuviera jamás la menor sospecha de él, la aparición repentina de aquel hombre superaba con mucho a todo cuanto podía imaginarse en la escala de las humanas desventuras.

De pronto se le antojó mirar una Ilustración que estaba sobre un centro de sala. «La última flor» decía la leyenda de un grabado en que clavó Ana los ojos. En un jardín, en Otoño, una mujer, hermosa, de unos treinta años, aspiraba con frenesí y oprimía contra su rostro una flor... la última....

Así resulta que lo que en ellos es una belleza divina, en Magdalena es un belleza que casi espanta. »¡Y qué dichosa se sentía, de estar allí tan cerca de la ventana! Hubiera dicho cualquiera que veía el cielo por primera vez, que por primera vez, también, aspiraba aquel aire tan puro y respiraba el aroma de aquellas flores.

En cierto momento Julio se levantó, y pasando junto al piano, se detuvo a mirar las flores. Fingiendo que aspiraba el perfume, las tocó con los labios. Lo hizo tal vez distraído". "12 de junio. "Tengo un gran desgano para todo; no he querido ir al taller de repujado. Me sorprenderían a cada rato dejando el punzón para ponerme a pensar.

Abrióme la puerta un criado conocido, a quien rogué me llevase a presencia de mi antigua ama la Sra. Condesa. Mientras atravesábamos el patio, buscaba afanosamente algún objeto que me indicase la proximidad de Inés. Como olfatea el perro el rastro de su amo, así aspiraba yo las emanaciones de la casa buscando el aire que había sido aliento de aquella naturaleza querida.

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