Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 28 de junio de 2025


El lance era para que no se murmurase de doña Beatriz, y con el lance iba el Conde a lograr que resonase el nombre de ella en las diez mil trompetas de la Fama. Mas, sobre todo esto hubiera importado pensar a tiempo y no entonces. Entonces no quedaba otro arbitrio que darse de sablazos. Los sablazos se dieron, y, como era de prever, los recibió Arturo. Por dicha, ninguna herida fué de cuidado.

Judit se asió al brazo del Conde, y ambos se internaron por la alameda de la Primavera. Era día de trabajo; la población rica y ociosa de París parecía haberse dado cita en aquel paseo, y había enorme concurrencia. Arturo y su compañera no tardaron en ser objeto de la atención general. Eran los dos tan bellos, hacíase forzoso admirarlos.

Así, pues, si usted me da su permiso, vuelvo a mi tribuna a tomar algunas notas sobre la sesión de hoy. ¡Pues no faltaba más sino que yo...! Corra usted, amigo mío; y mil gracias por tantas bondades. Señor don Simón... Señor don Arturo... Hasta la vista. Hasta la primera. Marchóse el mozo, y quedóse Peñascales hecho un papanatas. Aquel encuentro le parecía providencial.

Bramó de ira el gaucho al recibir el mensaje, pero disimuló la ira y hasta aparentó cierta conformidad, meditando y proyectando una venganza. Aunque no dijo a Madame Duval que lo sabía, Pedro Lobo era sabedor de la ventura del joven Arturo. No habían faltado amigos oficiosos que le escribiesen a Buenos Aires informándole de cuanto se sabía o se presumía como evidente.

Pero esta felicidad fue de corta duración. ¡Hay tan poca distancia desde la calle de la Grange-Bateliere a la de Provenza, y además aquellos magníficos caballos marchaban con tanta rapidez!... El carruaje se detuvo por último; apeose Arturo, ofreció la mano a su compañera, subió con ella hasta el primer piso, llamó a la puerta de su habitación, la saludó respetuosamente y desapareció en seguida.

Así nos parece observar que, en cuanto á Ester, los siete años de ignominia y destierro social habían sido sólo una preparación para esta hora. Pero, ¿y Arturo Dimmesdale? Si este hombre delinquiera de nuevo, ¿qué excusa podría presentarse para atenuar su crimen?

La nueva, por último, del duelo del Conde con el poeta Arturo por defender la inmaculada pureza de la mujer del empleadillo, estalló como una bomba en el corazón de Elisa.

Debido á inexplicable motivo, al sentir Arturo Dimmesdale que las miradas de la niña se clavaban en él, se llevó la mano al corazón con el gesto que le era tan habitual y que se había convertido en acción involuntaria. Al fin, tomando cierto aspecto singular de autoridad, Perla extendió la mano señalando con el dedo índice evidentemente el pecho de su madre.

Cuando él le dirigía alguna pregunta sobre sus estudios, solía responder desacertadamente y el Conde murmuraba para : La pobre chica tiene buen deseo, pero poca disposición. En cambio, había conseguido con su nueva ciencia comprender cuán torpe y ridícula debía de parecer a Arturo. Y esta idea aumentaba su timidez e impedía la efusión de aquella alma tan tierna y tan sencilla.

Pronunció el Conde estas frases con tanta seriedad y energía, que Arturo no pudo escurrirse tomándolas a risa. Era necesario contestar por lo serio.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando