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Actualizado: 28 de julio de 2025
Zona ecuatorial.= En la zona que rodea al ecuador celeste es donde brillan las más hermosas constelaciones del cielo. En el hemisferio norte, Leo ó el León, con la hermosa estrella Régulo, Virgo ó la Virgen con la Espiga, el Boyero con Arturo, Tauro con Aldebarán. Orion está sobre el ecuador, parte al norte y parte al sur de éste.
En tan brillante posición, quería conservar a Arturo a su lado, elevarle a las más altas dignidades de la Iglesia, y, en resumen, hacerle abrazar la única carrera que en aquel tiempo conducía rápidamente al poder y los honores. Arturo no se atrevía a resistir de una manera resuelta al terrible ascendiente de su tío, pero, en su fuero interno, decidió no ser jamás obispo.
Arturo aguardaba en el escenario, hablando con varios jóvenes y con Lubert, el director, a quien, en aquel instante, estaba recomendando a Judit. Cuando ésta apareció, avanzó él a su encuentro, a la vista de todos, y juntos bajaron por la escalera particular de los artistas.
Su propósito, perseverando en su plan de enmienda y santificación, era despedir también a Pedro Lobo, pero, por lo mismo, tenía mayor empeño en despedir antes a Arturo, para que ni remotamente imaginase el otro que aquel infeliz muchacho era causa de su despedida. Rafaela no se había engañado.
Y con esto, todo quedó dicho. Arturo Dimmesdale fijó los ojos en Ester con miradas en que la esperanza y la alegría brillaban, seguramente, si bien mezcladas con cierto miedo y una especie de horror, ante la intrepidez con que ella había expresado lo que él vagamente indicó y no se atrevió á decir.
Arturo Farinelli, profesor en Innspruck, capital del Tirol, y tan docto y entusiasta apreciador de nuestra lengua y literatura, como de la alemana, y de la de Italia, su patria.
Cantamos, reunidos en la corte, en la pieza Arturo de Bretaña, una grandiosa escena musical donde yo representaba un tirano furioso y Farinelli a un joven príncipe que aquél tenía preso y cuya muerte decreta el tirano. Empecé cantando un aria del tirano... Era magnífica... era un tirano como nunca se había visto.
Pero sea que influyeran en ella los celos que parecen instintivos en todos los niños mimados, en presencia de un rival peligroso, ó que fuese un capricho de su naturaleza singular, Perla no quiso dar muestras de afecto alguno á Arturo Dimmesdale.
Arturo Dimmesdale la miró un instante con toda aquella violenta pasión que, entrelazada de más de un modo á sus otras cualidades más elevadas, puras y serenas, era en realidad la parte á que dirigía sus ataques el enemigo del género humano, y por medio de la cual trataba de ganar todo el resto. Nunca hubo en su rostro una expresión de cólera tan sombría y feroz como la que entonces vió Ester.
Por fortuna, Judit no oyó las últimas palabras; porque en aquel instante el barón de Blangy, que iba detrás de ella, decía a su hermano: Ahí va Judit. ¿La amante de Arturo? Está loco por ella, y en camino de arruinarse... No lo extraño; yo haría lo mismo en su lugar. ¡Es guapísima! ¡Qué aire tan distinguido y qué fisonomía tan seductora! ¿Y qué me dices de ese talle tan elegante y tan gracioso?
Palabra del Dia
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