Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 21 de julio de 2025
A miles parece que andaban los mamuts, como en pueblos, cuando los hielos se despeñaron sobre la tierra salvaje, hace miles de años; y como en pueblos andan ahora, defendiéndose de los tigres y de los cazadores por los bosques de Asia y de África; pero ya no son velludos, como los de Siberia, sino que apenas tienen pelos por los rincones de su piel blanda y arrugada, que da miedo de veras, por la mucha fealdad, cuando lo cierto es que con el elefante sucede como con las gentes del mundo, que porque tienen hermosura de cara y de cuerpo las cree uno de alma hermosa, sin ver que eso es como los jarrones finos, que no tienen nada dentro, y una vez pueden tener olores preciosos, y otras peste, y otras polvo.
»Pálido, delgado, la tez morena, la frente arrugada, Teobaldo, que apenas contaba veinte años, parecía rayar ya en los cuarenta; pero en cambio era de los hombres más instruidos de Italia en historia y en teología, y conocía a la perfección muchas lenguas.
En el comedor, me encontré al salir con la de Grevillois, que estaba poniendo su modesta mesa. ¿Qué ocurre? exclamó al ver mi cara descompuesta. Luciana se lo dirá a usted. Besé con respeto aquella mano laboriosa y arrugada y pasé aquel umbral que no veré más, dejando detrás de mí los sueños febriles de un año y las ruinas de mi tardía juventud. Ya estoy libre... pero solo...
Intentó cogerlo por los brazos; pero el pobre muchacho se estremeció, lanzando una mirada a su madre, que despertó en ella vergonzosas sospechas. No, no me toque usted, mamá: ¡lejos...! no necesito a nadie... estoy bien. Y cayó como un fardo sobre el mismo sofá en el que por la tarde había visto la arrugada chaqueta como impasible acusadora del adulterio. Juanito se moría.
En su cara arrugada de manzana vieja parecían liquidarse las cuencas de los ojos. Aquel antro ahumado y lóbrego en medio de los pinares podía embellecerse con la presencia de Margalida.
En la parte inferior había varios estuches medio abiertos que encerraban vasos sagrados, y tirada en un rincón, arrugada y hecha un lío, una casulla de terciopelo negro, con ricos bordados de oro, que presentaban en primoroso realce las armas de la casa.
De cuando en cuando el soplo de las ráfagas otoñales desprendía una de las postreras hojas de vid, que caía arrugada y amarillenta sobre la mesa de granito, entre los dos amantes, produciendo un ruidito seco. ¡Pin! En los oídos de Baltasar resonaba la voz de doña Dolores, exclamando: «¿Chico, no sabes que las de García... ¡pásmate!, ganan el pleito en el Supremo?
Bajo una masa de cabellos griscastaños aparecía su arrugada frente y un par de ojos azules hundidos, uno de los cuales contemplaba el mundo con especulativo asombro, mientras el otro era opaco, nebuloso y sin vista. Sus extrañas cejas venían a juntarse sobre su nariz algo carnosa, y su barba y bigote tenían ya un color gris.
Los Pirineos vascongados. Vitoria. Tolosa y San Sebastian. El valle del Bidasoa. Un bonito barco de vapor que hacia rumbo para Bayona me condujo á Bilbao. El mar de Cantabria estaba agitado, como sucede casi siempre, pero no tanto que pudiese impedirme la contemplacion deliciosa, desde el puente, de la costa de Santander, áspera, rocallosa y arrugada por numerosas colinas.
¡Oh! no tardaré en gastarlos, miss Darling; mis ojos se van protestó alegremente Liette, que, mientras hablaba con la condesa de Argicourt, había oído las últimas palabras de aquel aparte. Pero no los oídos observó maliciosamente la joven americana. La verdad es que me representaba a «la tía Liette» como una viejecita arrugada y canosa de cincuenta años lo menos.
Palabra del Dia
Otros Mirando