Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 6 de mayo de 2025
Entre nube y nube y cuando se rompía algún empalme de los de la apretada reata, asomaba un jironcito azul, salpicado de veladuras anacaradas; algo como esperanza de un poco de sol para más tarde, si por ventura regían en aquella salvaje comarca las mismas leyes meteorológicas que en el mundo que yo conocía.
Para colmo de la devoción y muestras de júbilo, varios mozos tenían escopetas y trabucos, y disparaban tiros sin bala ni perdigones, pero con mucha pólvora y muy apretada por el taco, a fin de que retumbase más el tronido. En suma, la procesión no dejó nada que desear. El público quedó muy satisfecho.
El bagel se llenó de cabo á cabo, Y su capacidad á nadie niega Copioso asiento, que es lo mas que alabo. Llovió otra nube al gran LOPE DE VEGA, Poeta insigne, á cuyo verso ó prosa Ninguno le aventaja, ni aun le llega. Era cosa de ver marabillosa De los poetas la apretada enjambre, En recitar sus versos muy melosa.
Soltó a Margarita y a Florela, y otrosí a los criados de doña Guiomar; levantó el embargo que sobre su casa había hecho; y en cuanto a la tía Zarandaja, ni aun pensó en ella, porque el señor Viváis-mil-años, que no podía mejorarse enredando con la justicia a la tía Zarandaja, porque esta, apretada por los cordeles, no cantase, y se vengase de él sacando a plaza otros primores suyos, de la tía Zarandaja no hizo mención, y ella no sufrió otro castigo que el miedo de que la justicia la echase las garras y la malparase.
Jamás pudieron entrar por las modas del presente. Una saya de cúbica negra muy escurrida con plomos por debajo para que se escurriera todavía más, talle muy alto, manga apretada con bullones, zapatito de tabinete descotado y un tocado inverosímil de puro extravagante: así se presentaban en todas partes.
Pero ella ¡la maldita! tenía la tenacidad glacial, la audacia insolente de las malas hembras que nacen para ser asesinadas. Le miraba insultante, con la boca apretada y un gesto de desafío. Sí, pégame; eso es muy español. Mátame, como matan en tu tierra á las mujeres, cuando no quieren amar. Anda, don José; ya estamos en el final de Carmen. ¿Dónde guardas la navaja?...
Nunca Leonor parecía fatigada de acompañar a su madre en aquellas entrevistas: sino que, aunque ya para entonces tenía sus diez años, se sentaba en la falda de su madre, apretada en su regazo o abrazada a su cuello, o se echaba a sus pies, reclinando en sus rodillas la cabeza, con cuyos cabellos finos jugaba la viuda, distraída.
Más allá de la ciudad veía Jaime con la imaginación monótonas tapias, cipreses que asomaban sus puntas sobre ellas, una población apretada de blancas construcciones, de ventanillas como bocas de horno, de losas que parecían cubrir entradas de cuevas. ¿Cuántos eran los habitantes de la ciudad de los vivos en sus plazas y sus amplias calles? Sesenta mil... ochenta mil. ¡Ay!
Poco hubiera durado la resistencia sin la estrechez de la puerta y de la escalera, que impedían los movimientos del enemigo, en tanto que cuatro espadas incansables hacían tremendo estrago en aquella apretada masa de hombres mal armados.
Los dos callaron hundiendo sus ojos en aquella gasa impenetrable de vapores. La condesa buscaba el sol. Octavio buscaba una fórmula. La condesa principió á tararear piano la famosa frase il sol de l'ánima de Rigoletto. Octavio la escuchaba con arrobamiento: sintió húmedos sus ojos y apretada la garganta.
Palabra del Dia
Otros Mirando