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Actualizado: 19 de mayo de 2025


El soldado que lo guía cambia de dirección para no aplastar á esta desesperada que permanece inmóvil, con los brazos en alto. Su prudencia resulta inútil, pues la mujer, moviéndose en igual sentido, marcha á su encuentro. La multitud grita de angustia. Con un violento tirón de frenos, el automóvil se detiene cuando su parte delantera empuja ya á esta suicida. Debe haber recibido un fuerte golpe.

La caballería dió una carga para ensanchar el trozo de terreno libre y que el Hombre-Montaña pudiera levantarse, volviendo á su vivienda sin aplastar á los curiosos. Así terminó el trabajo barberil, y la muchedumbre empezó á retirarse satisfecha de lo que había visto y proponiéndose volver á presenciarlo tan pronto como lo anunciasen los periódicos.

No se oía sino el rabioso crujir de las mandíbulas tiburonianas de mi tía Medea, que con cierta complacencia maléfica, aunque llena de voluptuosidad, imaginaba aplastar el cráneo de alguna de sus rivales en el inocente coscorrón de pan que roían sus molares y el tímido y casi silencioso masticar de los que temíamos herir los oídos susceptibles de la señora.

Esta supuesta traición despertaba otra vez su cólera homicida. Levantó un brazo y un pie; iba á golpear y aplastar á la mujer arrodillada. Pero su pasiva humildad, su falta de resistencia, le detuvieron. No, Ulises... ¡óyeme! Hizo esfuerzos para demostrar su sinceridad. Tenía miedo á los suyos: los veía á una nueva luz y le inspiraban horror.

Las piedras están también en las cofas, y los arqueros se encargarán de aplastar con ellas á cuanto grupo de piratas se les ponga á tiro. Enviadles á más de las piedras cualquier otro objeto pesado que tengáis á bordo, dispuso el barón. Pues en tal caso lo mejor será izarles á Sir Oliver, apuntó Gualtero.

Más que mirarla, se puede decir que la examinó despacio durante algunos minutos. Reparó que la moza no llevaba pendientes y que tenía una oreja rota; entonces recordó habérsela partido él mismo, al aplastar con la culata de su escopeta el zarcillo de filigrana, en un arrebato de brutales celos. La herida se había curado, pero la oreja tenía ahora dos lóbulos en vez de uno.

Todos sus compatriotas permanecían alejados después de haber visto que el gigante del árbol amenazador sabía igualmente aplastar á sus enemigos á gran distancia, valiéndose de rocas capaces de destruir una casa ó un buque. Gritaban contra él, pero se mantenían aglomerados en las bocacalles, prontos á huir, sin atreverse á avanzar al descubierto sobre los muelles.

Se apartó el vehículo-lechuza, sin que por esto la traductora, dejase de dar órdenes á través de su bocina. Gillespie, después de convencerse de que no quedaban cerca de él personas ni animales á los que pudiera aplastar, empezó á incorporarse. Sus piernas, tras una inmovilidad de tantas horas, estaban entumecidas y se resistían á obedecerla.

Entonces iniciaba discusiones filosóficas, acabando por burlarse de los ideales políticos del periódico, únicamente por el placer de aplastar con sus paradojas y con su cultura esgrimida cual una maza a todos aquellos ignorantes ¡ay! que habían cenado.

La pobre Alemania había tenido que defenderse. El kaiser era el hombre de la paz, á pesar de que durante muchos años había preparado metódicamente una fuerza militar capaz de aplastar á la humanidad entera. Todos le habían provocado, todos habían sido los primeros en agredirle.

Palabra del Dia

hociquea

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