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Actualizado: 22 de noviembre de 2025
¡Salve, oh patria, que adoro, amor de mis amores, que Natura de tantos tesoros prodigó; vergel do son más suaves y gentiles las flores, donde el alba se asoma con más bellos colores, donde el poeta contempla delicias que soñó!
Y no bien lo impedían, don Paco se burlaba de sí mismo y se despreciaba, presumiendo que lo que llamaba él religión y moral fuese cobardía acaso. Después de aquel tempestuoso insomnio, que convirtió en siglos las horas, don Paco se levantó del lecho y se vistió antes que llegase la del alba. Abrió la ventana de su cuarto y vio amanecer.
Pronto se encaminó á la corte, y pudo regocijarse de haber conseguido la protección de D. Fadrique de Toledo, primer duque de Alba. Temprano debió desarrollarse su talento poético, pues ya en 1492, como á la edad de veinticuatro años, publicó una colección de sus obras.
¡Adiós, mi cielo! Adiós, mi señor. Aquellas dos cabezas se unieron, y sonó un doble y tierno beso. Don Juan se rebujó en su capilla, porque hacía frío, y doña Clara cerró la puerta. Don Juan tomó la salida de la galería, guiado por la débil luz del alba que penetraba por una claraboya. Apenas desapareció don Juan, se lanzó en medio de la galería la Dorotea. Siguióla don Juan de Guzmán.
No, hija, es demasiado temprano para mí repuso el Príncipe que gustaba de levantarse tarde. Simón salta de la cama apenas clarea el alba y, además, eso no le empleará más allá de una hora.
Vuestros sobrinos, que son muy buenos tiradores, se encargarán de tener a raya a los salvajes. Tienes razón, viejo mío. Si el alba nos sorprende lejos del campamento, estos tunos se nos echarán encima y tendremos que abandonar la caldera. ¡Hans, Cornelio!: os confiamos nuestra defensa. El primero que se acerque demasiado es hombre muerto dijo Cornelio . Mis balas van adonde yo las mando.
Al alba poco más o menos, Rosalía, vencida del sueño, se adormeció en un sillón frente al lecho conyugal donde el bueno de Thiers reposaba, aletargado ya; y lo mismo fue caer la señora en aquella modorra que empezará ver al Torres y su barba y nariz famosas.
Duró esta faena preparatoria más de una semana, sudando y jadeando la familia desde el alba á la noche. La mitad de las tierras estaban removidas. Batiste las entabló y labró con ayuda del viejo y animoso rocín, que parecía de la familia. Había que proceder á su cultivo; estaban en San Martín, la época de la siembra, y el labrador dividió la tierra roturada en tres partes.
Veía ir y venir a las sombras de los marineros por la cubierta y sentía las pisadas de sus pies desnudos. Sonaron las tres en el reloj de la catedral de Bayona, y el patrón dio la orden de partir. Había seis hombres, cuatro marineros, el timonel y un grumete. Salimos llevados por la corriente del Adour, cruzamos por el Boucau, y al rayar el alba, a fuerza de remos, pasamos la barra.
En buena salud, me levantaba con el alba; desde que tengo tan mal dormir, madrugo mucho más que el sol, y con todo y con ello, me sobra tiempo de cama. Parecióme que el relente frío de las madrugadas no debía de sentarle bien, y así se lo dije, aconsejándole que se guardara de él.
Palabra del Dia
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