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Actualizado: 7 de mayo de 2025
La alegría del campo, al verse libres de la mirada interrogante y severa de las mamas, convertíalas en niñas revoltosas, y a pesar de sus altos peinados, de sus faldas largas y ajustadas, correteaban, enseñando sus lindos pies y aleteando con sus enaguas como una bandada de pájaros.
Como podrán observarlo los que hayan estudiado los fenómenos de lo que se llama del magnetismo animal, las ideas y las imágenes se hallan estrictamente ajustadas á la verdad científica, y á las teorías mas ó menos dudosas de sus tratadistas. Llore tambien el mísero mendigo Y el desvalido en miserable lecho, Cayó sin vida el que con voz de amigo Defendiera su pan y su derecho.
Los teólogos de la Universidad de Alcalá habian señalado el modo de hacer esta edicion de la Biblia con asistencia de Arias Montano, i por encargo del consejo supremo de la Inquisicion al que Felipe II munífico protector de la empresa habia cometido el negocio. El mismo rei dió á Montano las instrucciones para la ejecucion, ajustadas á lo determinado por los teólogos complutenses.
Se encontraban a menudo cavando cada cual con los ojos en el rostro del otro para encontrar el secreto.... Pero nada de palabras. Doña Paula encogía los hombros y Froilán reía pasando la mano por las barbas de puerco-espín que tenía debajo del mentón afeitado. Allí lo serio era el dinero. Las cuentas siempre ajustadas, limpias. Froilán era fiel por conveniencia y por miedo.
Asi que lo supo el Generalísimo, propuso á Monteverde, que se hallaba en Valencia, una suspension de hostilidades; pero el general español por toda respuesta se ofreció á concederle una capitulacion; la cual, admitida en principio por Miranda, pronto recibió este las condiciones que, despues de ajustadas, dieron lugar á algunas diferencias.
Desde la mañana a la noche, todo eran procesiones y peregrinaciones, con las calles alfombradas de flores, empavesadas con tapices, llegadas de cardenales por el Ródano, ondeando al viento los estandartes, flameantes de gallardetes las galeras, los soldados del Papa entonando por las calles cánticos en latín, acompañados de las matracas de los frailes mendicantes; después, de arriba abajo de las casas que se apiñaban zumbando alrededor del gran palacio papal como abejas en torno de su colmena, percibíase también el tic tac de los bolillos que hacían randas, el vaivén de las lanzaderas que confeccionaban los tisúes de oro para las casullas, los martillitos de los cinceladores de vinajeras, las tablas de armonía ajustadas en los talleres de guitarrero, las canciones de las urdidoras, y sobresaliendo entre todos estos ruidos el tañido de las campanas y algunos sempiternos tamboriles que roncaban allá abajo, hacia el puente.
Conservaba todavía un retrato suyo de aquella época, además del que todas sus hermanas y mi padre mismo, me han hecho infinidad de veces al relatarme su vida. Está representada con el mismo uniforme del colegio. Vese en él a una joven alta y delgada, de talle flexible, de blanquísimos brazos, cubiertos hasta el codo por mangas ajustadas de un tejido negro.
En algunos pueblos comienzan las procesiones desde el Lunes Santo, pero lo más común es desde el miércoles; este día a la tarde se cantan en la iglesia las tinieblas con toda la música, con tanta solemnidad como pudieran en una colegiata, en donde es de admirar el oír cantar las lamentaciones y demás lecciones a muchachos de ocho o diez años de edad, aunque no con propiedad latina, porque no entienden lo que leen, ni pueden pronunciar bien el latín, ni el castellano, porque carecen en su idioma de las letras L, F y R, ásperas, pero muy corridas y ajustadas a la música.
Cuatro piernas cubiertas con ajustadas medias de arlequinados colores y largos borceguíes de retorcidas puntas en los pies, se movían á compás, sin que el matorral permitiese ver los cuerpos invertidos á que pertenecían aquellas extremidades.
El maná imperceptible y cristalino alimentaba su cuerpo de campanario tumbado, haciendo circular bajo la piel grasosa ríos purpúreos de sangre caliente. La transparencia de los seres planctónicos evocaba en la memoria de Ferragut las coloraciones maravillosas de los habitantes del mar, ajustadas exactamente á las necesidades de su conservación.
Palabra del Dia
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