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Actualizado: 14 de junio de 2025
Las mencionadas damiselas entre merced y señoría son acaso las que más disfrutan de los encantos naturales y artísticos de la moribunda gran ciudad. ¡Por lo mismo que las pobres significan menos en lo presente, se aferran con más ahinco á lo pasado!
Ella prosiguió con más ahinco al ver que yo callaba: » ¿Irás a negármelo? ¿Serás capaz de darme un chasco como ése la víspera de tu marcha, cuando tienes que decirme tantas cosas y hacerme tantas promesas? ¡Si supieras qué triste voy a quedar después que tú te vayas! ¿Qué menos puedes hacer que dejarme al partir el recuerdo de esas palabras tiernas y cariñosas que me hacen tan dichosa pronunciándolas tus labios?
Era necesario cambiar de vida, para evitar nuevos ataques. Pensaba dedicarse a la caza con ahinco. Montaría además un gimnasio en el sitio más adecuado de la casa. En fin, se prometía ser otro hombre así que curase del todo. Cecilia aplaudía aquella decisión; prometía ir con él algunas veces. Gozaba mucho más en Tejada que en Sarrió. Había nacido para aldeana. El se reía de aquellos propósitos.
Nunca se han visto convertidores mas zelosos; unos á otros se perseguían con el mas fervoroso ahinco, escribian á Roma tomos enteros de calumnias, y se trataban de infieles y prevaricadores por un alma.
Pensé que era necesario volver antes de la noche, encerrarme de nuevo, y emprendí con más ahinco todavía el camino del río. Regresé; no estaba rendido, sino muy al contrario, más excitado por aquel vagabundear durante varias horas, al aire libre, a través de los caminos, respirando un ambiente tibio bajo la acción áspera y mordiente del sol de abril.
Nadie con más ahínco y fervoroso celo se ocupó jamás de la salvación de la hermosa mitad del género humano.
Con las reliquias trajeron los peregrinos la efigie del dicho San Teódulo, y todo lo llevaron al pueblo, donde hubo un júbilo inmenso y fiestas estrepitosas. Nada más natural, después de esto, que el que Rosita y su marido llegasen a ser Condes de San Teódulo. Sin embargo, no contentos ellos con ser Condes por Roma, anhelaban ser Marqueses en Castilla, y hacía tiempo que lo pretendían con ahinco.
Sus pies calzaban medias de seda, ceñía su talle corsé de raso, era pródiga en perfumar el baño, cuidábase con ahínco las manos y, aunque hiciese ostentación de vestir humildemente, la ropa blanca que gastaba era un primor en adornos, lienzos y hechuras: bajo vestidos lisos y de lana, solía ocultar enaguas guarnecidas de costosos encajes.
Aprobó la muchacha el plan que su protector le propuso. Este, aunque no sin fatiga y esfuerzo, le prestó dinero para el viaje y logró darle también una muy valiosa carta de recomendación, dirigida con el mayor empeño y ahínco y por persona de grande influjo al más rico capitalista de Río de Janeiro, que era el Sr. de Figueredo, a quien ya conocemos.
Se citaba mucho por los dos lados el Don Juan Tenorio de Zorrilla y los artículos del Curioso parlante. Esta competencia gramatical traía consigo al menos una ventaja; la de hacer que algunas personas que no la habían saludado se dedicasen con ahinco a aprenderla.
Palabra del Dia
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