Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 7 de octubre de 2025


Cuando llega el día de la representación, cualquiera de ellos daría de buen grado sus ganancias de todo el año, sólo por ser aplaudido cuando desempeña su papel. Cuando se presentan en la escena, ¡qué ansia, qué indecible afán de agradar al público!

Trazar un canal recto desde la entrada del río á su salida, pasando por Manila, esto es, hacer un nuevo río canalizado y cerrar el antiguo Pasig. ¡Se economiza terreno, se acortan las comunicaciones, se impide la formacion de bancos! El proyecto dejó atontados á casi todos, acostumbrados á tratamientos paliativos. ¡Es un plan yankee! observó Ben Zayb que quería agradar á Simoun.

Me hicieron de Gloria unos elogios que, aunque un poco vivos y si se quiere brutales, tuve que aceptar y aun agradecer, pues se comprendía que eran dichos de buena fe y con ánimo de agradar. Brindamos y bebimos por ella más de una docena de veces, y se invitaron con la mayor alegría para beber unas cañitas a la salud de los novios el día de la boda.

Schack no es, por tanto, clásico como parece serlo Ticknor, y tiene sobre éste la ventaja de profesar á su asunto un amor mucho más vivo y entusiasta, cualidad que, aunque tenga sus inconvenientes bajo el aspecto rigorosamente crítico, no puede menos de agradar á los españoles.

Inés y Asunción no parecen, D. Paco tampoco. Cuanto más tarde vengan mejor. Otra cosa..., ¿por qué no ha seguido usted yendo a casa por las noches? Nosotras nos hemos reído de usted. ¿De ? pregunté con turbación. , porque se la echaba usted de devoto para agradar a mamá. ¡Qué bien hacía usted su papel! Lo mismo, lo mismito hacemos nosotras.

El conde de Mengis detúvose en la sala, y dijo: Señores, les prevengo que van a encontrar al lado de Antoñita a seis de mis contemporáneos a quienes tiene encantados, y que han tomado la resolución de consagrarle con puntualidad tres noches por semana; es preciso además que para agradar a Antonia los jóvenes complazcan a los viejos. Ahora, señores, ya están avisados. Entremos, si les place.

Además, la causa del desvío de Pepita tenía para mi padre un no qué de fantástico y de sofístico que al cabo debía desvanecerse. Pepita no quería retirarse a un convento ni se inclinaba a la vida penitente: a pesar de su recogimiento y de su devoción religiosa, harto se dejaba ver que se complacía en agradar. El aseo y el esmero de su persona poco tenían de cenobíticos.

Don Álvaro habló mucho y bien, con naturalidad y sencillez, procurando agradar a la Regenta por la bondad de sus sentimientos más que por el brillo y originalidad de las ideas. Se veía claramente que buscaba simpatía, cordialidad, y que se ofrecía como un hombre de corazón sano, sin pliegues ni repliegues. Reía con franca jovialidad, abriendo bastante la boca y enseñando una dentadura perfecta.

Apenas si se atreve a decir a Pepita «buenos ojos tienes»; y en verdad que si lo dijese no mentiría, porque los tiene grandes, verdes como los de Circe, hermosos y rasgados; y lo que más mérito y valor les da, es que no parece sino que ella no lo sabe, pues no se descubre en ella la menor intención de agradar a nadie ni de atraer a nadie con lo dulce de sus miradas.

Meñique siguió diciendo en alta voz la princesa, eres valiente y afortunado, pero eso no basta para agradar a las mujeres. Ya lo , princesa y dueña mía; es necesario hacerles su voluntad, y obedecer sus caprichos. Veo que eres hombre de talento dijo la princesa. Puesto que sabes adivinar tan bien, voy a ponerte una última prueba, antes de casarme contigo.

Palabra del Dia

reclinándose

Otros Mirando