United States or Tonga ? Vote for the TOP Country of the Week !


Yo, por mi parte, no contestó ella riendo, con una risa zumbona. ¿Quiere algo más la señora? preguntó el criado. No, pueden ustedes retirarse. Martín quedó asombrado. El criado echó la pesada cortina y quedaron solos. Martín dijo la dama, levantándose de su silla y poniéndole las manos pequeñas en sus hombros . ¿No te acuerdas de ? No, la verdad. Soy Linda. ¿Qué Linda?

Mira; me recojo el cabello, así como lo tengo siempre, y me pongo ¿te acuerdas? como en el día de la procesión, me pongo una camelia. Y Lucía, como alocada, hacía que no la oía. Le deshacía el peinado, le recogía el cabello a la manera que decía. «¿Así? ¿No?

Ya en la calle, misia Casilda no supo adónde ir; estaba tan quemada de la conducta de Gregoria, que se asombraba de su propia paciencia: cómo había soportado en silencio el par de bofetadas con que la obsequió al entrar, sobre todo aquel ahora te acuerdas, que llevaba más filo que un puñal florentino; y luego el aire, la cara, el tono, cual si le debieran y no le pagaran... ¡Valiente papelón había hecho, y todo para salir como rata por tirante! ¡Qué candor el suyo de creer que iba a conmoverse Gregoria con solo verla, que iba a sentirse tocada en el corazón ante aquel acto de nobleza!

Ya sabes que soy aficionada a leer, que devoro novelas, que he leído hasta Don Quijote de la Mancha: mira, allí hay una a quien le sucediolo que a . ¿Te acuerdas cuando, hablando de sus amores con don Fernando, dice Dorotea, poco más o menos: «con volverse a salir del aposento mi doncella, yo dejé de serlo y él acabó de ser traidor y fementido?» ¿Te acuerdas de ésto?

¿Te acuerdas de lo que te decía en el tren, hablándote de él?... ¿Hace mucho que está al servicio de ustedes? Más de diez años, y gracias a él la estancia ha prosperado, porque tiene todas las condiciones imaginables, sin ningún defecto: es honradísimo a carta cabal y trabajador sin descanso. ¿Y su familia, ché?

Ya los protege, querido ángel; ya ves, todo nos sale bien. Sin embargo, ¿te acuerdas de aquella tempestad? ¡Jesús! ¡qué espanto viéndote escalar los muros a la luz de los relámpagos, para volver a tu chalupa!

Algo quiso decir en alta voz; pero él no la dejaba meter baza, y como si trajera un discurso preparado y no quisiera dejar de pronunciar ninguna de sus partes, pegó en seguida la hebra: «¿Te acuerdas de cuando yo estaba loco? Los ratos que te di te los tenías bien merecidos; porque en realidad te portabas muy mal conmigo.

Sin la certidumbre, jamás le hubiera yo dado flechazo. ¿Te acuerdas cuando me decías que le había yo dado flechazo? Ya sabes cuál fue la flecha de oro de que se valió amor para hacer tamaño prodigio. Don Jaime no tuvo necesidad de verme para sentirse atravesado de la flecha. Ya sabía él la muerte del Conde y que la Condesa estaba moribunda.

Paesen hechos de masapán de Toledo... Aluego allá ellos... Si se najan, la farta será del gobernaó... Que les den lo suyo; los toritos no piden más que eso. ¿Te acuerdas de los muruves de Pascua? ¡Qué toritos! Dejaban el cuerno en los jacos y se queaban ¡dormíos, dormíos!

Mi padre intervino: Si haces un esfuerzo, verás cómo te acuerdas... Un oficial de la Escuela de Guerra, pequeño, moreno... Y al ver que yo decía que no con la cabeza, pues no tenía recuerdo alguno ni empeño en tenerlo, Máximo dijo con maldad: Creo que Elena prefiere los rubios... por alusión a Lautrec que es rubio y alto. Aquel ataque me irritó. Tiene usted razón dije, prefiero los rubios.