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Actualizado: 4 de junio de 2025
Aunque así no fuese, la hija de Calderón las hubiera acogido con la misma hostilidad. ¡Vamos, Pepe, usted tiene ganas de guasearse! ¡Que sí, Esperancita, que sí! Ramón tiene un gran porvenir y no sería difícil que con el tiempo le veamos ministro.
Si el lector ha acogido con benevolencia el plan que me he propuesto seguir al trazar los rasgos principales de los cantones suizos, en lo moral y material, me permitirá que antes de hablar de las tres ciudades principales de Vaud, que tuve ocasion de visitar, indique brevemente las condiciones características de esa pequeña pero muy interesante república confederada.
Era falta de habilidad no remitir a Amparo siquiera mil reales para tenerla contenta mientras él no aseguraba a Josefina, que engreída ahora con la perspectiva del caudal, le había acogido con hartos remilgos y escrúpulos, dificultando reanudar sus antiguos amorcillos. ¡Bah!
En toda la provincia de Toscana, ya sea en la choza del pobre, ya en el palacio de un príncipe, el paciente, humilde y caritativo fraile capuchino es bien acogido; en la casa de todo contadino está siempre preparado para él un pedazo de pan y una botella de vino, y en las villas y palacios de los ricos encuentran siempre un lugar en la sala de los sirvientes.
Al aproximarse la vanguardia, un soldado dragon, que se hallaba inmediato al General, le advirtió que en una cañada, situada al frente, reconocia como dos ó tres indios: pero creyendo serian algunos vecinos de aquel valle, que ignorando la clemencia con que se les trataba, se habian acogido á aquellas asperezas, temerosos del castigo que merecian, mandó que no los incomodasen ni les hiciesen daño alguno, y siguió adelante hasta un ayllo, que distaba un cuarto de legua: cuyos vecinos, que serian como unos 80 de ambos sexos, salieron á recibir las tropas del Rey, y puestos de rodillas delante del General, pidieron con muchas lágrimas les perdonase sus delitos.
Tenían las horas contadas para visitar la ciudad, y el retraso del buque en acercarse al muelle era acogido por algunas mujeres con pataleos de impaciencia, como si temiesen no desembarcar a tiempo y que la mágica urbe de belleza tropical se desvaneciese de pronto. Así como el trasatlántico avanzaba tierra adentro, cada vez con mayor lentitud, hacíase sentir un calor húmedo, asfixiante.
Carlos III, principe justo y magnánimo, habia acogido con interés estas súplicas, y para atenderlas con acierto habia llamado al mismo Santelices á ocupar un puesto en su Consejo de Indias. Con tan prósperos auspicios, D. Blas Tupac-Amaru, deudo inmediato de José Gabriel, fué á Madrid á solicitar la supresion de la mita y los repartos.
8.ª Que por excusar pesadumbres tomara el Condestable de Francia á su cargo, y en nombre de S. M., el cumplimiento de las cláusulas. Todas, sin excepción, fueron acordadas, expresándose en el asiento que el Rey, siempre bondadoso con los afligidos, había acogido en su reino al Sr.
Soy honrada, quiero ser honrada, honradísima, por respeto a mi nombre, a mi familia... ¡Ah!, mi familia añadió, suspirando otra vez... . ¡Si me hubieran acogido con amor, no habría dado yo un mal paso! Mi familia tiene la culpa, ¿no es verdad, padrino? Sí, sí, hija mía, ella tiene la culpa. Pero vamos a lo que importa... ¿Con qué cuentas para mantenerte? ¿Qué te queda de lo que te dejó tu tío?
El paso de cada torreón deslumbrante era acogido con un grito general: «¡Esto es carne!...» Poco después decían á coro: «¡Esto es tomate!...» Transcurridos unos minutos, afirmaban á gritos: «¡Ahora son guisantes!» y todos se asombraban de que un ser en figura de persona, aunque fuese un coloso, pudiera alimentarse con tales materias que esparcían un hedor insufrible para ellos, casi igual al que denuncia la putrefacción.
Palabra del Dia
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