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Echáronle al punto un grillete al pié, y se le lleváron al regimiento, donde le hiciéron volverse á derecha y á izquierda, meter la baqueta, sacar la baqueta, apuntar, hacer fuego, acelerar el paso, y le diéron treinta palos: al otro dia hizo el exercicio algo ménos jual, y no le diéron mas de veinte; al tercero, llevó solamente diez, y le tuviéron sus camaradas por un portento.

Uno de los logros más importantes ha sido la traducción al gaélico del navegador Opera. Es la primera vez que un programa tan voluminoso está disponible en gaélico." ¿Cómo ve Caoimhín el futuro? "Respecto al porvenir de los idiomas en peligro, el internet tiende a acelerar las cosas en ambas direcciones.

Por lo mismo, se habrá de acelerar el envio de Diputados; entendiendo deber ser uno por cada ciudad ó villa de las Provincias, considerando que la ambicion de los estrangeros puede excitarse á aprovechar la dilacion en la reunion, para defraudar á S. M. los legítimos derechos que se trata de preservar.

En Chile vemos todos los días, o los reclamos de los pueblos para que se aumenten los correos, o bien la solicitud del Gobierno para multiplicarlos por mar o por tierra. En medio de este movimiento general del mundo para acelerar las comunicaciones de los pueblos, don Juan Manuel Rosas, para mejor gobernar sus provincias, suprime los correos, que no existen en toda la República hace catorce años.

Estás condenada á languidecer y á morir; de tu suelo no brotan ya sino la ambicion y el odio para prolongar el horrible dolor de tu agonía. Duerme, duerme, ciudad: duerme tranquila tu tranquilo sueño. Hescham no supo hacer mas que acelerar tu ruina. Tenía en todo el reino un solo hombre capaz de sostener su vacilante trono; y le entregó por meras sospechas de traicion al hacha del verdugo.

Había sembrado en ellos su pensamiento, queriendo acelerar la cosecha, y como en los cultivos forzados y artificiales, que crecen con asombrosa rapidez para no dar más que frutos corrompidos, el resultado de su propaganda era la podredumbre moral. ¡Hombres, al fin, como todos! ¡La fiera humana buscando su bienestar a costa del semejante; perpetuando el desconcierto y el dolor para los demás, con tal de gozar de la abundancia durante una vida de unos cuarenta años! ¡Ay!, ¿dónde encontrar al ser superior ennoblecido por el culto de la razón, haciendo el bien sin esperanza de recompensa, sacrificándolo todo por la solidaridad humana, el hombre-dios que embellecería el porvenir...?

Lo que deseaba era tropezar en el Congo con un hipopótamo, un león ó cualquiera otra bestia misericordiosa, que, al desgarrarlo en pequeños pedazos, le librase del recuerdo de miss Craven la ingrata. Después de esta entrevista, la millonaria creyó necesario acelerar los acontecimientos.

El humo de la habitación comenzaba a asfixiarlo y un terror frío e indescriptible cerró sus labios y paralizó sus movimientos; un temor instintivo no le permitía moverse; prefería la duda, la inmovilidad, antes de acelerar el desenlace espantoso de aquella noche de abandono y de insomnio. En esa situación volvió a llamar tímida, cariñosamente, a Graciana, pero, como antes, nadie le respondió.

Asi cerraban los desaciertos de España el siglo XVIII, contribuyendo no poco de este modo á acelerar la emancipacion de Venezuela y la de todas las otras colonias, cuyos clamores, llevados á Europa por algunos de sus mas decididos patriotas, solicitaban de Francia é Inglaterra los necesarios socorros para emprender la obra santa de su independencia y tratar de sacudir para siempre el pesado, el ominoso yugo ejercido alli desde hacia tres siglos por los españoles con menoscabo, injusticia y fragrante impunidad de los sagrados derechos naturales de aquellos que llevaban su sangre, de aquellos cuyo sudor y afanes no eran aun bastantes á alimentar su insaciable codicia.

La campesina, que experimentaba ante las gentes de justicia un miedo supersticioso, amenazó, sin embargo, con un pleito, aunque tuviera que vender su casucha y su campo de la montaña. Hubo que derribar todo el muro y volver á construirlo medio metro más acá. Unos sesenta mil francos perdidos; nada para Su Alteza, pero yo sospecho á veces si esto pudo acelerar su muerte.