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Actualizado: 26 de junio de 2025


Con tales desarreglos se pierde el estómago, y eso en la vejez es llamar a la muerte. ¡Jesús, hombre! No te incomodes por eso.... Niñas, basta de música. A comer. La graciosa sevillana paró en seco, y las dos niñas abandonaron el salón seguidas del tío, que se detuvo en la puerta del comedor sonriendo al ver el aspecto de la mesa. Manuela, por lo que se ve, esto promete.

No habían transcurrido quince minutos desde que los alzados abandonaron la población, cuando llegó un escuadrón de la guardia rural, el cual se disponía á perseguir á los incendiarios en momentos en que llegaba un tren conduciendo cien hombres de artillería de costas.

Mas creyendo observar cierta inquietud en los ojos del auriga, se volvió a los pocos pasos, sacó un billete de cinco duros y se lo entregó diciendo: Ya me dará usted la vuelta. Hasta luego. Abandonaron la carretera y se pusieron a caminar por los campos áridos y tristes del Este de Madrid.

El mareo de Enriqueta debió ir en aumento, pues antes de concluir la comida se levantó, diciéndole á su hermana: Acompáñame, Matilde. Enriqueta y Matilde, pues ya sabemos sus nombres, abandonaron la mesa, quedando solamente el sexo fuerte. El almuerzo terminó, y siguiendo la añeja costumbre, el fraile se despidió de nosotros para buscar una tranquila y cómoda digestión en unas horas de siesta.

Consideraban inútil su presencia en un encuentro que sólo podía terminar la muerte. Todos los curiosos abandonaron el jardín siguiendo al desmayado príncipe.

En 1916, los críticos germanófilos llegaron a entrar en Verdun, en el propio Verdun, y si luego abandonaron la plaza, fue, sencillamente, porque el kronprinz no los siguió, y los pobres se encontraron allí solos, sin contacto ninguno con el ejército alemán...

Apenas llegó la flota á la Goleta, tanto los habitantes como la guarnición de Túnez abandonaron la ciudad y la fortaleza, y bastó un regimiento de veteranos, entre los cuales se hallaría probablemente Cervantes, para apoderarse de ambas. D. Juan construyó un nuevo fuerte, tomó á Biserta, y volvió á Sicilia con parte de sus tropas.

Después de penosas operaciones, por lo fangoso del terreno de Buhayen, la fortaleza de Moncay, Régulo del país, que era el que provocara la campaña, sufrió estrecho cerco hasta que los defensores de ella, comprendiendo que era inútil la defensa, la incendiaron y abandonaron á media noche; para ésto atacaron con furia nuestras líneas á fin de escapar y facilitar la huída de sus familias.

Presto la abandonaron sin embargo, y asimismo las montañas del horizonte empezaron a confundirse con el agua, mientras la concha blanca del caserío marinedino se destacaba aún, pero perdiéndose más cada vez, como si al ausentarse la claridad se llevase consigo el rosario de edificios y el encendido fulgor de los cristales en las galerías.

Eran personajes de vida novelesca, nacidos en palacios reales, y que, á semejanza de muchos santos que abandonaron la casa rica de sus padres para sufrir privaciones, renunciaban á todas las comodidades de su origen, despojándose de su nombre para ser un vagabundo más y conocer el áspero placer de la libertad salvaje.

Palabra del Dia

estaquis

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