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Actualizado: 5 de junio de 2025
Por la calle no cruzaba nadie, pero en un balcón debía de haber gente, porque después de su beso sonó otro más fuerte seguido de alegre carcajada. Carlota, ruborizada hasta querer saltársele la sangre, echó a correr desatinadamente, lloró de vergüenza y le hizo jurar que se abstendría en adelante de tales expansiones imprudentes.
Delante se lleva el tabernáculo, seguido de la grandeza de España y de los diversos consejos, mezclados en desorden este día, para evitar disputas de preeminencia. Con los primeros acompañantes se observan también máquinas gigantescas, esto es, figuras de cartón, que se mueven por los esfuerzos de hombres ocultos en ellas.
»Además, allí me lleva el deseo de verla a usted, a quien debo una expiación por mis culpas. Sus cartas, esas cartas que me han seguido y a las que no he contestado, han conmovido mi ser.
Apenas tuve tiempo de entrever las fisonomías animadas de las bailarinas; los cabellos sueltos, los anchos sombreros flotando sobre sus espaldas: mi brusca aparición fué saludada por un grito general, seguido súbitamente de un silencio profundo; la danza cesó, y toda la banda, formada en batalla, esperó gravemente la pasada del extranjero, que se detuvo algo confundido.
Después la condesa, que no participaba de nuestro humor festivo por la escena cómica que había seguido a la trágica, cual ordinariamente ocurre en el mundo, llevome aparte, y con aflicción me dijo: Temo haberme dejado arrastrar demasiado lejos por la ira que me produjo la presencia de aquella mujer. Le dije cosas demasiado duras, y cada palabra me pesa sobre la conciencia.
No, no repetía Ana llorando; pero él había seguido hablando de su despecho, cada vez más triste, cada vez con más ardor en las palabras y en el aliento.... Y habían concluido por reconciliarse, por prometerse nueva vida, verdadera reforma, eficaz cambio de costumbres; y ella exaltada le había dicho: «¿Quiere usted que hoy mismo le acompañe a casa de doña Petronila?». «Sí, sí; eso, lo mejor es eso», había contestado él.
Sin duda, el engaño no se le había presentado evidente de improviso: mientras el Príncipe había continuado amándola, ella había seguido esperando: creyéndolo, sintiéndolo su esposo en el alma, en la sinceridad de la conciencia, había esperado por largo tiempo, llena de esperanza. Y la desconfianza moral ¿había precedido, o seguido a la desilusión sentimental?
Pero la obscuridad no le permitió reconocerlos. Únicamente pudo ver que eran mujeres. Uno de estos pigmeos debía ser el que había seguido los latidos de su corazón para marcar á los asesinos el emplazamiento más favorable para el golpe. Pensó si serían Golbasto y Momaren, vanidosos personajes implacables en su venganza y directores de su asesinato, como creía Ra-Ra.
El señor de Morel, cubierto de sangre, hacía prodigios de valor, acudiendo á todas partes, animando y dirigiendo á sus soldados, seguido de cerca por Roger, que devolvía golpe por golpe, más ganoso de proteger á su señor que á sí mismo.
El valor sereno del vencedor del Callao, jefe de las fuerzas de mar, y el heroismo de Malcampo, lanzándose al asalto de la cotta de Pangalungan desde el bauprés de la Constancia, seguido de una compañía de desembarco, reverdecieron las glorias tradicionales de la marina, llevando el terror á nuestros enemigos, convencidos ya de su impotente inferioridad.
Palabra del Dia
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