Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 6 de junio de 2025
Sí, cada vez que me acuerdo de lo que era Buenos Aires el año pasado no más, me convenzo de que las porteñas ya no somos lo que éramos; ¡qué unión! ¿Quién se atrevía a hablar en contra nuestra? No había sino un hombre, un solo hombre y ese hombre era él. ¿Y se acuerda usted de la discusión del acuerdo, doctor? ¡Cómo no, misia Medea!
Nosotros éramos los únicos en el mundo que conocíamos la existencia del secreto, pero ignorábamos la clave necesaria para poder abrir esa fuente de inagotables riquezas. Para todos era un misterio indescifrable el medio de que se había valido para hacer esa enorme fortuna, y hasta su hija Mabel no lo conocía.
La sociedad en que yo me crié era, pues, de lo más rudo, incipiente y soez que puede imaginarse, hasta tal punto, que los chicos de la Caleta éramos considerados como más canallas que los que ejercían igual industria y desafiaban con igual brío los elementos en Puntales; y por esta diferencia, uno y otro bando nos considerábamos rivales, y a veces medíamos nuestras fuerzas en la Puerta de Tierra con grandes y ruidosas pedreas, que manchaban el suelo de heroica sangre.
Y aquel con quien había vivido diez años y más, desde que éramos niños y que lo compartíamos todo... mi amigo íntimo en quien yo tenía confianza, «alzó el pie contra mí y trabajó en mi ruina». ¡Oh! pero era un malvado. No creo que haya otro que se le parezca dijo Dolly . Sin embargo, estoy muy perpleja, maese Marner; me parece que me acabo de despertar y que no sé si es de día o es de noche.
Hablando con Isidro por vez primera, le había hecho el elogio de su ciudad. Cuando Buenos Aires no era más que Buenos Aires a secas, una aldea mísera, nosotros éramos el reino del Tucumán. Los porteños, ahora tan orgullosos, datan de ayer, son en su mayor parte hijos de gringos emigrantes. Nosotros somos nobles. Usted, que es español, conocerá sin duda nuestro apellido: Vargas del Solar.
Confuso Candido al oir estas razones, le respondió: Reverendo padre, no importan un bledo todos los quarteles de este mundo; yo he sacado á la hermana de vuestra reverencia de poder de un Judío y un inquisidor; ella me está agradecida, y quiere ser mi muger: maese Panglós me ha dicho que todos éramos iguales, y Cunegunda ha de ser mia.
Afortunadamente había en nuestro mundo algo más que hombres. Las guerras, con sus grandes matanzas y sus dolores colectivos, venían indignando á las mujeres. No necesita usted de grandes esfuerzos mentales para formarse una idea aproximada de lo que éramos las mujeres en este país antes de que ocurriese la Verdadera Revolución.
Sí; pero aún no era como ahora... no éramos todavía uno de otro. ¡Venías... por lo que yo me sé!... ¡A estas alturas sabe Dios si tendré encanto ni atractivo para ti! No seas simple, vidita, antes te quería por lo que esperaba, ahora por lo que tengo. ¡Cualquiera diría que ir quince días a París, a Madrid, o donde sea, es una separación eterna!
Nosotros, los que no tenemos las manos llenas de callos, no éramos pueblo; vosotros, los propietarios, los abogados, los comerciantes, tampoco erais pueblo... De toda idea exclusiva nace una tiranía, y de aquella tiranía nació el obrero sol: Juan Bou, que decía: «El pueblo soy yo». En Barcelona había logrado fundar un buen establecimiento de litografía.
Te quiero, y creo que te quise siempre, desde que éramos pequeños y venías tú a Marchamalo de la mano de tu padre, hecho un gañancito con tu ordinariez de la sierra, que nos hacía reír a los señoritos y a nosotros. Te quiero porque estás solo en el mundo, Rafaé, sin pare y sin familia: porque necesitas un arma buena que esté contigo, y esa soy yo.
Palabra del Dia
Otros Mirando