United States or Kazakhstan ? Vote for the TOP Country of the Week !


Algunos, pocos, lo hacen así; los más, a los dos o tres años de haber llegado, son ya unos villaverdinos completos, ni más ni menos que si allí hubieran nacido; como si de rapaces hubiesen guerreado en homéricas pedreas al pie del cerro del Cristo, en pro o en contra de la Escuela del Cura; como si hubieran salado en las dehesas del Escobillar, y aprendido latines en los bancos del pomposísimo Cicerón.

Entre ellos sobresalía el tío Gorico, maestro pellejero, hábil fabricador de corambres y notabilísimo en el difícil arte de echar botanas á los pellejos rotos. Este había sido el muchacho más diabólico del lugar después de D. Fadrique, y su teniente cuando las pendencias, pedreas y demás hazañas contra el bando de D. Casimiro.

La sociedad en que yo me crié era, pues, de lo más rudo, incipiente y soez que puede imaginarse, hasta tal punto, que los chicos de la Caleta éramos considerados como más canallas que los que ejercían igual industria y desafiaban con igual brío los elementos en Puntales; y por esta diferencia, uno y otro bando nos considerábamos rivales, y a veces medíamos nuestras fuerzas en la Puerta de Tierra con grandes y ruidosas pedreas, que manchaban el suelo de heroica sangre.

Daban un panecillo a cada muchacho, y esto ayuda. Pero aguárdate; un día y otro no, me hacía novillos el tunante. Después le puse en los Católicos de ahí abajo, y se me escapaba a las pedreas... Es un purgatorio saltando. Nada, nada, a trabajar. ¡Qué puñales!..., no están los tiempos para mimos. Estoy muy mal de acá, hija.

Varias veces llegaron á las manos ambos bandos, ya á puñadas y luchando á brazo partido, ya en pedreas, de que era teatro un llanete que está por bajo de un sitio llamado el Retamal.

Eso a él ¿qué le importa? ¿Y por qué has de serle antipático? ¡Pareces bobo! ¿No me ha oído hablar? ¿No sabe que pienso como y tu padre? ¿No viste la cara que puso el día de la discusión sobre las iluminaciones origen de las pedreas a los retratos del Papa? Me parece que siendo cura, y con su vehemencia, tiene bastante.

Acompañábales el maestro hasta la plazoleta del molino, que era una estrella de caminos y sendas, y allí deshacíase la formación en pequeños grupos, alejándose hacia distintos puntos de la vega. ¡Ojo, señores míos, que yo les vigilo! gritaba don Joaquín como última advertencia . Cuidado con robar fruta, hacer pedreas ó saltar acequias.