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SOLOMILLO CON PICATOSTES. Preparado y asado el solomillo, se corta en lonjas y se sirve adornado con picatostes. SOLOMILLO CON SETAS. Se toma un buen solomillo, se mecha, se sazona y unta de manteca, recién derretida en una sartén.

SALMÓN A LA CHAMBORD. Cuando esté cocido el salmón, a medio caldo, se escurre bien y se echa en una fuente de porcelana que resista a la lumbre, cubriéndole con lonchas de ternera y tocino muy delgadas, ruedas de trufas y setas.

LINE. Lo recoses después de haberlo rellenado con un picadillo de tocino de pecho, en pedacitos, con menudillos, setas, trufas, unos trozos de naranja, una pizca de perejil y la carne machacada de dos pajarillos. Haces cocer tu pollo, en un hornillo económico, suavemente. LIONEL. ¡Y después te lo comes...! LINE. ¡Todavía no...! ¡El pollo no es nada...! ¡La salsa es todo...!

TRUCHAS A LA "CHAMBORD". Después de limpias, se les quita la piel por un lado y se mezclan con tocino y trufas cocidas; se colocan en una fuente al "gratín" guarneciendo el fondo con verduras cortadas delgadas; se rocía con manteca, se sazona, se cubre con lonchas de tocino, se moja con vino tinto y se pone a cocer al horno. Se prepara una guarnición de trufas y setas cocidas, que se pone aparte.

Anda a la huerta, anda, y tráeme unos ajos y cebollas, y tráeme unas setas: anda, anda al monte, leñadorcito, que te voy a hacer una sopa que no la come el rey. Y la carpa la asaremos: ni un regidor va a comer mejor que nosotros.

TRUCHAS RELLENAS. Lavados y limpios cuatro pescados de igual tamaño, se escurren bien y se llena el tronco con una especie de albondiguilla preparada con carne de carpa, trufas o criadillas de tierra y setas; se atan las cabezas de las truchas y se cuecen éstas en medio caldo.

SETAS. Bien limpias se ponen a cocer con agua y sal; se escurren, y con pan rallado, toda clase de especias, ajo y perejil; se ponen en una tartera, rociándolas con jerez; se ponen al horno, y cuando están doradas se sirven, colocándolas en una fuente sobre rebanadas de pan frito con manteca.

Le explicó la manera de acogotar una gallina sin que alborotase, le mostró la manera de coger los higos y las ciruelas de las huertas sin peligro de ser visto, y le enseñó a conocer las setas buenas de las venenosas por el color de la hierba en donde se crían. Esta cosecha de setas y la caza de caracoles constituía un ingreso para Tellagorri, pero el mayor era otro.

Vinieron luego las pequeñas infidelidades y los pequeños desencantos, sufridos sin reproche, perdonados sin restricción, que no lograron derribar el ídolo de aquella alma enamorada, manso río sin borrascas, arpa eolia en que hasta los mugidos del huracán se transformaban en suspiros... Después vinieron las grandes ofensas, y a poco los terribles descubrimientos de vicios enormes, que brotaban como setas monstruosas bajo el aspecto de seductor de aquel esposo adorado; de inclinaciones depravadas, pasiones indómitas, costumbres disolutas e innumerables defectos, que nacían y vivían en su alma como en la carne podrida los gusanos asquerosos.

Yo no qué sentimiento salvaje, más imperioso que nunca, me incitaba a perderme en el seno mismo de aquella extensa campiña en plena explosión de savia. Recuerdo que allá lejos divisé a los seminaristas desfilando dos a dos a lo largo de las setas floridas, conducidos por viejos sacerdotes que al tiempo que caminaban leían sus breviarios.