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La primera contestación de Santa Cruz fue romper a reír. Su mujer le tapaba la boca para que no alborotase. Después el muy tunante empezó a razonar sus explicaciones, revistiéndolas de formas seductoras. ¡Pero qué huecas le parecieron a Jacinta, que en las dialécticas del corazón era más maestra que él por saber amar de veras!

Le pusieron entre las manos su biberón para que no alborotase, y cubriéronle con un pañuelo finísimo de seda. Estupiñá no entendía una palabra, ni veía la relación que la pluma y papel pudieran tener con lo que veía. «Don Plácido dijo Fortunata con mucha animación ; hágame el favor de escribir... Aquí no hay mesa. Chiquilla, tráele el tablero de las damas.

En efecto, el más pequeño de sus hijos, que dormía en la alcoba, había dado un leve gemido, al cual siguió otro más fuerte. Lucía corrió a allá para que no se alborotase. Calla, Chuchú, calla, que aquí estoy yo. El niño no hizo caso. Si no callas, el hombre de las narices grandes vendrá a buscarte y te llevará. ¡Quero Ía! clamó el niño: Ía era la doncella, que se llamaba María.

Los Genoveses persuaden al Emperador la guerra contra los Catalanes, y Miguel Paleóloga hace lo mismo, y alborotase en Galípoli la gente de guerra.

Le explicó la manera de acogotar una gallina sin que alborotase, le mostró la manera de coger los higos y las ciruelas de las huertas sin peligro de ser visto, y le enseñó a conocer las setas buenas de las venenosas por el color de la hierba en donde se crían. Esta cosecha de setas y la caza de caracoles constituía un ingreso para Tellagorri, pero el mayor era otro.

Pero, poco despues de haber aceptado el cargo, fué acusado de rebelion contra Mendoza: por lo cual, mandó á cuatro capitanes, que fueron; Juan de Oyolas, Juan Salazar, Jorge Lujan y Lázaro Salazar, le matasen á puñaladas y le sacasen á la plaza, para que todos le viesen muerto por traidor: y publicó bando con pena de muerte, para que ninguno se alborotase por causa de Osorio, porque le sucederia lo mismo que á él.

Tornó de nuevo a jurar el mozo, y a maldecirse, diciendo que él no había tomado tal bolsa, ni vístola de sus ojos; todo lo cual fue poner más fuego a la cólera de Monipodio, y dar ocasión a que toda la junta se alborotase, viendo que se rompían sus estatutos y buenas ordenanzas.