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¡Qué... loco! contestó una de las hermanas, doña Anunciación . Diga usted, marqués, que ojalá Dios se acordase de él, antes que verle así. Hubo unánime aprobación por señas. Muchas cabezas se inclinaron lánguidamente; y se volvió a suspirar. Aquello del republicanismo no necesitaba comentarios.

Su manera de republicanismo se satisfaría dando autoridad decisiva al procedimiento probatorio de Fox, que acostumbraba experimentar sus proyectos en el criterio del diputado que le parecía la más perfecta personificación del country-gentleman, por la limitación de sus facultades y la rudeza de sus gustos. Con ellos se estará en las fronteras de la zoocracia, de que habló una vez Baudelaire.

Dos grandes pasiones animaban su vida: la revolución y los toros; una revolución vaga y tremenda que había de venir, no dejando en Europa nada de lo existente; un republicanismo anarquista que no se tomaba la pena de explicar, y sólo era claro en sus negaciones exterminadoras.

No involucremos las cuestiones, señores dijo Casa-Muñoz poniendo una cara muy parlamentaria . Y si he de hablar ingenuamente, diré a ustedes que a no me asusta la República, lo que me asusta es el republicanismo. Miró a todos para ver qué tal había caído esta frase. No podía dudarse de que el murmullo aquel con que fue acogida era laudatorio.

Se la admitió sin reparo en la clase, en la intimidad de la clase por su hermosura. Nadie se acordaba de la modista italiana. Tampoco Ana debía mentarla siquiera, según orden expresa de las tías . Se había olvidado todo, incluso el republicanismo del padre, todo: era un perdón general.

Y es lo curioso que a medida que la revolución se desencadenaba y el republicanismo de la Fábrica crecía, aumentáronse también las prácticas religiosas.

Nosotros estamos todavía en el período de la vacuna, como estamos en el del reformismo y el republicanismo. De vivir en Croydon yo sería, muy probablemente, miembro de la Liga antivacunista, y, no obstante, cuando el Sr. Romeo inició aquí su campaña en pro de la vacunación obligatoria, hice un artículo defendiéndola.

El, como hijo de proscrito muerto en el destierro, marchó siendo muy joven detrás de la figura grandilocuente de Gambetta, y hablaba á todas horas de la gloria del maestro para que un rayo de ella se reflejase sobre el discípulo. Su hijo René, alumno de la Escuela Central, encontraba «viejo juego» al padre, riendo un poco de su republicanismo romántico y humanitario.