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Este personaje, que se había señalado mucho por su valor y pericia, como Gobernador de Tánger, en la guerra que de continuo sostenían los portugueses contra los marroquíes, iba como Virrey de la India con más sueldo y más amplias facultades que sus predecesores.

Pero como es indispensable conocer más á fondo sus facultades poéticas y originales, hemos de indicar también las sombras, que lo obscurecen, sin omitir tampoco aquello que disminuye su mérito, inferior en algunos puntos al de sus predecesores, ó, por lo menos, á la herencia, recibida de aquéllos, que seguramente no ha mejorado.

No es, pues, aventurado que hagamos extensivo á los más antiguos cantores, ó predecesores de los joglares, que después imitaron en España la poesía de los trovadores, lo que antes indicamos acerca de aquéllos. Quizá ya en el tiempo de los héroes, que celebraban, resonaron los romances de Mudarra y de Bernardo del Carpio.

Los Fenicios, los Cartagineses, los Griegos y los Italianos, los Portugueses y Españoles, los Ingleses y Holandeses, ¡cuánto no han tenido que hacer para que Fulton y sus predecesores y sucesores le revelasen al mundo las maravillas del vapor! ¿Qué es el hombre?

Con este propósito, y mientras llega el lugar oportuno de probar nuestra tesis, declararemos que Calderón ha perfeccionado, sin duda, hasta donde era posible, el drama español, pero imprimiéndole sólo una dirección exclusiva: hasta cierto punto lo ha llevado á tal y tan vertiginosa altura, que no es dable elevarlo más; pero no por esto se sigue de aquí que sea superior en todos conceptos á sus predecesores, y que haya perfeccionado el drama español en todas las direcciones, á que lo impulsaron aquéllos con éxito.

Como preparación para el logro de este objeto, téngase presente que la indicación de todo aquello que este hombre extraordinario debía á sus predecesores, no se opone á la existencia de muchas y distinguidas prendas poéticas, que han de considerarse como propiedad suya exclusiva, y suficientes para ensalzarlo y para justificar la predilección con que lo mira toda Europa, y con la ventaja de ser verdaderas, y tanto mayor su mérito cuanto que, en su virtud, el arte dramático de Calderón aparece con el más perfecto desarrollo orgánico de toda la poesía española.

Pero necesitaba demostrarla con pruebas irrefragables, necesitaba convencer al mundo de la inepcia de los fisiólogos sus predecesores. Sólo sorprendiendo al cerebro en funciones podía lograrse este resultado, que llenaría a los hombres de felicidad y le coronaría a él de gloria. ¿Cómo alcanzar semejante sorpresa? He aquí el pequeño obstáculo en que tropezaba este gran hombre.

Chocará, por tanto, sobremanera que digamos, contra ese juicio, que ha aprovechado en un sentido muy lato los esfuerzos de sus predecesores, no contentándose con asimilarse escenas aisladas de dramas anteriores, sino hasta el trazado completo de obras de otros autores más antiguos. Sin embargo, la verdad es la antes expuesta, y así lo probarán dos solos ejemplos.

Este bardo argentino dejó a un lado a Dido y Arjea, que sus predecesores los Varelas trataron con maestría clásica y estro poético, pero sin suceso y sin consecuencia, porque nada agregaban al caudal de nociones europeas, y volvió sus miradas al desierto, y allá en la inmensidad sin límites, en las soledades en que vaga el salvaje, en la lejana zona de fuego que el viajero ve acercarse cuando los campos se incendían, halló las inspiraciones que proporciona a la imaginación el espectáculo de una naturaleza solemne, grandiosa, inconmensurable, callada; y entonces el eco de sus versos pudo hacerse oír con aprobación aun por la península española.

No dejó entrever a Maximiliano sus sospechas sobre la procedencia del dinero, que, viniera de donde viniese, no podía ser mal recibido, y poco a poco se fue tranquilizando al ver que el apreciable muchacho hacía alarde de poseer ideas económicas enteramente contrarias a las de sus predecesores. «Esto dijo mostrándole un grupito de monedas de oro , es para que desempeñes la ropa que te sea más necesaria... Los trajes de lujo, el abrigo de terciopelo, el sombrero y las alhajas se sacarán más adelante, y se renovará el préstamo para que no se pierdan.