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Antes de dejar el diario, echo una mirada a los anuncios de teatro: Covent-Garden: sábado, última representación del Demonio, de Rubinstein, con la Albani, Lasalle, etc.; lunes, Don Juan; miércoles, Dinorah; viernes, Etoile du Nord, por la Patti.

Poseía la blonda señorita, algo, o mucho, de la singular belleza de dos mujeres muy célebres y admiradas entonces: Adelina Patti y la Emperatriz Eugenia. Alta, delgada, esbeltísima, «ideal», como acostumbran a decir los poetas, en Gabriela se juntaban maravillosamente la frescura de una arrogante juventud y los encantos misteriosos de una belleza apacible y casta.

El pelo es de aquel rubio oscuro con reflejos de caoba que tiene perfumes para la mirada... La Patti acaba de cantar su dúo con Mazzetto; aplaudimos todos, incluso mi vecina, que deja caer su Don Juan. Al inclinarme a tomarlo, al mismo tiempo que ella, rozó casi con mis labios su cabello... Recojo el libro, se lo entrego y obtengo en premio una sonrisa silenciosa.

Hablaba enternecido del comienzo de la Patti y contaba los primeros pasos de Yvette Guilbert en el Diván Japonés. Su eclecticismo era absoluto y hablaba con el mismo entusiasmo de Paulus, el notable cancionero, que de Reszké, el gran tenor dramático. Á este propósito decía: "Hay, evidentemente, una jerarquía de géneros, pero cada uno de ellos es notable en grado igual."

Si eso no vale nada.... ¿qué importa un catarro?... Animarse.... Este año tendrá comedias la Puenteancha... la Monteros me lo dijo.... Los Torreplana de Arganzón indicaron ya que recibirían los jueves.... Tendremos en el Real a la Patti y a Gayarre; ¡figúrate! Hemos escrito que nos abone, por si no llegamos a tiempo....

Una cuadrilla de indios cantaba una canción semi-salvaje que hacía entonces furor en todas las poblaciones americanas y bailaban una danza desordenada. Todo estaba exactamente reproducido, hasta las pisadas epilépticas de los bailarines y los aullidos de entusiasmo de los espectadores. Ahora, si ustedes quieren, dijo la dueña de la casa, oirán á la Patti y á Mac-Kinley...

Aquellos franceses viajeros, ricos y amables, eran simpáticos en la sociedad americana de Julio Harvey que hasta se sentía dispuesta á perdonarles la inferioridad de no ser de raza anglosajona, lo que no era floja prueba de benevolencia. Miss Gower estaba contando una visita que había hecho la semana anterior á la Patti en su castillo de Craig-y-Nos, y tenía suspensa la atención del auditorio.