United States or Saint Barthélemy ? Vote for the TOP Country of the Week !


Algunas joyas y chucherías vio, que le parecieron recuerdo o prenda de amores; pero lo que es guano, ni el olor.

Las hojas que constantemente caen de los árboles forman al mezclarse con la arcilla y la greda el humus, excelente abono, semejante en sus fuertes materias fructificantes al guano de ciertas regiones americanas.

Cierto que esta devolución era para ella un trance doloroso, algo como la separación de un hijo que se va a la guerra a que le maten, pues aquel guano, entregado a su dueño, pronto se perdería en el desorden y los vicios.

Los pobres olivos veteranos deben sentir tanto asombro como yo al verse en semejante compañía... ¡El guano poderoso del «treinta y cuarenta»! Tengo la certeza de que, si el juego cesase, toda esa vegetación tropical se disolvería inmediatamente como un ensueño. El silencioso Novoa acogió con una sonrisa estas palabras.

Cuando la paz se haga, y algún día se hará, el Perú saldrá lentamente de su tumba, pensando en hacer vida nueva, en la paz, en el orden y el trabajo. Maldecirá los raudales de oro del guano y el salitre, y sólo se ocupará de cultivar su suelo admirable.

Los asuntos del Pacífico; el engaño inexcusable de un pueblo en agonía que tiende sus brazos desesperados a una promesa falaz; los misterios de la Peruvian Guano Company; la palinodia vergonzosa de los señores Trescott y Blaine en Santiago de Chile, han suministrado no escasos elementos de acusación contra el primer ministro del presidente Garfield.

El fuego de la infantería comenzó tan pronto esta fuerza hubo coronado una loma, en cuya parte superior había una pequeña casa de guano, en la que se encontraban refugiados cuatro rebeldes, que al verse sorprendidos por la tropa, corrieron con tanta velocidad, que llegaron con la rapidez vertiginosa de un rayo á la orilla de la manigua, donde desaparecieron, no sin antes dejar uno de ellos varios cartuchos y un estandarte del "Partido Independiente de Color", barrio de Casisey Arriba.

Finalmente, que me dio el guano, o sean ocho mil reales, cogió su pagaré, y a vivir. Lo que yo le decía a usted observó doña Lupe casi sin poder hablar, con la alegría atravesada en la garganta . El tal Joaquinito Pez es una persona decente.

Con la tenaz energía de su raza, se había embarcado sin saberlo su padre en una fragata que se hacía a la vela para cargar guano en las islas Chinchas, tripulada por gentes de pueblos diversos: ingleses desertores de la flota, lancheros de Valparaíso, indios peruanos, lo peor de cada casa, bajo el mando de un catalán cicatero, más pródigo en los rebencazos que en el, rancho.

El guano, como decía Torquemada, no podía menos de dulcificarla; y llegándose a donde estaba el delincuente, que no se había movido de la butaca, le puso una mano en el hombro, empuñando fuertemente en la otra los billetes, y le dijo: «No, no te sofoques... no es para tomarlo así. Yo te digo estas cosas por tu bien...».