United States or Puerto Rico ? Vote for the TOP Country of the Week !


me perdonas, Juan dijo Lucía antes de que hubieran pasado algunos momentos, bajos los ojos y la voz, como pecador contrito que pide humildemente la absolución de su pecado . Juan yo no que es, ni para qué te quiero, aunque si que te quiero por lo mismo que vivo, y que si no te quisiera no viviría.

Pienso que mi hijo ha muerto por ti, que aún viviría si no hubiese ido en busca tuya para recordarte que eras su padre y que te debías á nosotros... Y cuando pienso eso, te odio, ¡te odio!... ¡Has matado á mi hijo! Mi único consuelo es creer que, si tienes conciencia, sufrirás más aún que yo. Salió Ferragut de esta escena horrible con la convicción de que debía huir. Aquella casa ya no era suya.

¡Pues eso sólo le faltaba a usted! exclamó aquí Neluco llevándose las manos a la cabeza, como yo me las había llevado poco antes y con el propio motivo . Con una compañera de esa estofa no viviría usted aquí en santa paz media semana. Mil veces peor que la enfermedad sería la medicina.

Con mucho menos que tuviéramos continuó Maltrana , usted no se vería obligado a meterse en aventuras de colonización y yo viviría hecho un personaje. ¡Lástima que no estemos en los tiempos heroicos y románticos, cuando Lord Byron y Espronceda cantaban el pirata!

Un hombre solo podía acercarse sin ser visto; con dos el riesgo hubiera sido mucho mayor, y cuando me dijo que mi vida era demasiado preciosa para arriesgarla solo, le mandé guardar silencio, asegurándole que si el Rey no escapase con vida aquella noche tampoco viviría yo.

Si no hallaba marido, viviría con Gabriel cuando éste, acabada la carrera, se estableciese según conviene al mayorazgo de la Lage. Con tan gratos pensamientos, don Manuel abrió los oídos para mejor recibir el rocío de las palabras de su sobrino.... Lo que recibió fue un escopetazo.

La idea sola de tener que vivir entre aquella gente había horrorizado a la de Rufete. Pero ella tenía fondos; ella pagaría una habitación decente, y viviría con ciertas comodidades y completo decoro los pocos días que, a su parecer, habría de permanecer en aquel tremendo asilo.

El bienestar avanzaba, y con él una somnolencia llena de recuerdos. No sentía ya nada ni en la pierna ni en el vientre. ¿Viviría aún su compadre Gaona en Tacurú-Pucú? Acaso viera también a su ex-patrón míster Dougald, y al recibidor del obraje. ¿Llegaría pronto? El cielo, al poniente, se abría ahora en pantalla de oro, y el río se había coloreado también.

Viviría rodeada de magnificencia, de lujo, y algún día, en uno de esos momentos en que el amor atestigua, protesta, jura, siente la necesidad de dar, diría á un galán: «Os cojo la palabra. Empero no creáis halagarme con los presentes acostumbrados.

Si hasta los veintiocho años había vivido sin prendarse de hombre alguno ¿no era probable, casi evidente, que viviría ya de la misma manera el resto de su vida?