Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 3 de junio de 2025


«Lo principal era no violentar el espíritu indisciplinado de la Regenta; había que hacerla subir la cuesta de la penitencia sin que ella lo notase al principio, por una pendiente imperceptible, que pareciese camino llano; para esto era necesario caminar en zig-zas, hacer muchas curvas, andar mucho y subir poco... pero no había remedio; después, más arriba, sería otra cosa; ya se le haría subir por la línea de máxima pendiente». Así, con estas metáforas geométricas pensaba el Magistral en tal asunto, para él muy importante, porque la idea de que se le escapase aquella penitente, aquella amiga, le daba miedo.

Podía conocer las últimas horas de su existencia, envueltas en un misterio de desprecio; podía violentar la voluntad de sus jueces, que la habían condenado á perder la vida y á perecer después de muerta en la memoria de todos.

Reuní todo el dinero que tenía disponible, vendí mis últimas alhajas y algunos objetos de valor y me puse á tallar en el círculo durante dos noches, en las que llegué á ganar ciento ochenta mil francos, lo bastante para ponerme á flote durante algún tiempo. Pero no me por satisfecho y resuelto á violentar la suerte, me puse á tallar la tercer noche con todas mis ganancias delante de .

Por lo tanto, compadézcame, misia Melchora. La vida tiene imposiciones penosas y es menester afrontarlas. Está dispuesto a atropellarlo todo si alguien tratase de violentar la voluntad de la muchacha y la suya propia, que, en este caso, forman una sola. Y dos voluntades sumadas por el amor son invencibles.

Más había; aquella señora que hablaba de grandes sacrificios, que pretendía vivir consagrada a la felicidad ajena, se negaba a violentar sus costumbres, saliendo de casa a menudo, pisando lodo, desafiando la lluvia; se negaba a madrugar mucho, y alegando como si se tratase de cosa santa, las exigencias de la salud, los caprichos de sus nervios. «El madrugar mucho me mata; la humedad me pone como una máquina eléctrica». Esto era humillante para la religión y depresivo para don Fermín; era, de otro modo, un jarro de agua que le enfriaba el alma al Provisor y le quitaba el sueño.

Aunque ello sea en desdoro de Pablo Aquiles, diré que una vez pretendió meter mano en la gaveta del padre, pero la terca cerradura no se dejó violentar y aquí paró la tentativa. ¡Y qué hacer, cuando se tiene veinticinco años, la cabeza llena de ilusiones, el corazón de deseos y los bolsillos vacíos!

El abuso de la descripción en las obras literarias significa una intrusión de la pintura en los dominios de la poesía. Nadie ignora lo nocivo que es para las artes estas intrusiones de unas en otras. Por violentar la escultura y obligarla á expresar lo mismo que la pintura, se la ha desnaturalizado en los tiempos modernos.

Pero consentir que un padre abusase de tan bárbara manera de su autoridad para violentar la inclinación de su hija y contrariar la voluntad misma de Dios, que la llamaba hacia , tampoco le parecía bien. Por algunos días lucharon dentro de él estas opuestas tendencias. Obdulia le veía preocupado, irresoluto.

Tendremos todo el día y toda la noche una excelente silla de posta en la aldea de Rongemare, á un kilómetro del sitio en que debes encontrar á tu mujer.... Esté usted tranquilo, padrino; no perderé la ocasión. El tiempo apremia ... y acabaremos por ser despistados. Es premiso, pues, violentar las cosas y si hay resistencia....

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando