Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 17 de octubre de 2025


Aunque mi pensamiento no se preocupa desde hace algún tiempo de las pretensiones mundanas, confieso que en aquel momento habría tirado de buena gana, mi saco de noche. Fué menester determinarme, y cuando avanzaba, con el sombrero en la mano hacia la doble escalera que da acceso al vestíbulo del castillo, el piano se interrumpió de pronto.

Un bulto negro descendía las escaleras del vestíbulo de casa de Artegui. A la luz de los astros, y a la de los lejanos faroles de la calle, se advertía su vacilante andar, y a las manos que frecuentemente llevaba a su rostro. Miranda esperó, esperó como el cazador en acecho. El bulto iba acercándose.

Se le oía pasear en el vestíbulo. Ha sospechado que estás aquí, dijo Zoraida, pero es de todos modos un atrevimiento. Y dirigiéndose a la sirvienta: Dile que no estamos para nadie, que hay enfermos. Adriana se hincó de rodillas y escondió el semblante entre las ropas de la cama. ¡Ahora lo sabremos todo! dijo Laura con resolución.

Los demas monges, ni siquiera al vestíbulo del monasterio de mujeres podian acercarse.

Estoy impaciente por aclarar á ustedes la situación, pero antes es preciso que me la aclare á mi mismo. Al bajar, si ustedes lo permiten, voy á hablar con el buen Giraud. Marenval estrechó la mano de la anciana y María acompañó á su aliado por varias piezas desamuebladas y tristes hasta llegar al vestíbulo.

Acabábamos de cenar las dos y te estaba esperando, cuando llamaron á la puerta. Es Jacobo, exclamé, habrá olvidado su llave. Espera: voy á abrir. Fui al vestíbulo y pregunté á través de la puerta: ¿Eres , Jacobo? Pero la voz de Sorege me respondió: No, soy yo. Necesito decir á usted una palabra. Me voy en seguida. Tuve intenciones de despedirle, pero la presencia de Juana me tranquilizó.

El ruido que causaban los que iban saliendo, despidiéndose con regocijadas risas, y el húmedo relente con sus fríos vapores, hicieron a Lázaro volver en del largo desmayo al tiempo que los últimos grupos esperaban, en el espacioso vestíbulo y en los primeros términos del jardín, la llegada de sus carruajes.

Esta vez todos soltamos la carcajada; pero, mientras atravesaba a mi lado el vestíbulo obscuro, Yolanda me dijo en voz baja, y en tono triste e inquieto: Usted no vendrá más, estoy segura. Así es, señorita respondí francamente.

El príncipe Lubimoff vuelve á entrar en el Casino. Atraviesa el vestíbulo y el atrio llevando la cabeza alta, pero sin ver á nadie, con la mirada perdida ante sus pasos. Le parece que el tiempo ha vuelto de repente sus agujas atrás, haciéndole saltar en el pasado, volviéndolo á la juventud. Marcha con arrogancia.

Pero he aquí que al entrar una de las veces en el vestíbulo escucha voces acaloradas de dos personas que disputaban con sobrada viveza. Eran dos caballeros, uno de edad madura, el otro joven. En torno de ellos había un grupo numeroso que escuchaba la discusión. Versaba ésta sobre los méritos de la obra. El viejo la atacaba: el joven la defendía.

Palabra del Dia

neguéis

Otros Mirando