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Actualizado: 19 de septiembre de 2025
Rosalindo lamentó que Valparaíso no estuviese más cerca, para interrumpir las cuecas cantadas por el viejo con una puñalada igual á la que le había hecho huir de Salta.... El sacrificio de los ciento cincuenta pesos resultaba inútil, y la difunta vendría á turbar de nuevo sus noches con aquella presencia muda que parecía absorber su fuerza vital, dejándole al día siguiente anonadado por una dolencia inexplicable.
Tal vez el presentimiento de que usted vendría: los recuerdos de aquellas tardes en que usted estaba arriba, sentadito e inmóvil como un bobo, escuchándome... Pero no vaya usted a creer, señor diputado, que todo es aquí juego con las gallinas y pereza campestre. Han entretenido mi soledad de este invierno cosas más serias. He hecho en la casa grandes obras.
Viró con rapidez, alejándose hacia su punto de partida. «Debe haberlo visto todo pensó Desnoyers . Nos ha reparado: sabe lo que hay aquí.» Adivinó que iba á cambiar rápidamente el curso de los sucesos. Todo lo que había ocurrido hasta entonces en las primeras horas de la mañana carecía de importancia comparado con lo que vendría después.
Mas se notó en los ojos de Juan una dulce mirada, y no como de que se alegraba él por sí, sino por placer de ver tierna a Lucía. ¡Son tan desventurados los que no son tiernos! De la ciudad vendría lo mejor; para eso iba Pedro. ¿Quién no quería alegrar a Ana? Y ver a Sol del Valle, que estaba ahora más hermosa que nunca ¿quién no querría? Carruajes, los tenían casi todos los amigos de la casa.
De seguro que al llegar a Villaverde tendría yo carta de Linilla, y acaso dentro de pocas semanas vendría el Padre, y con él Angelina. ¡Bueno era el santo señor para no traerla!
Pronto iba a saberlo, y a fe que estaba lleno de curiosidad. La señora mayor se acercó al cura y le dijo: Hermano, Vd. nos había prometido que Pablo vendría... ¡y no ha venido! La señora concluyó esta frase con la más grande aflicción. Sí: ¡no ha venido! repitió la joven, y dos gruesas lágrimas rodaron por sus mejillas. Pero el cura se apresuró a responderles.
El hijo ilustre de la provincia, varias veces ex ministro, no vendría nunca más de mantenedor a pronunciar discursos grandilocuentes, y sus opiniones estéticas quedarían inéditas en lo porvenir... Sería la ruina de la poesía; y, ¿qué se iba a hacer sin poesía en las capitales de segundo y tercer orden? No. Los poetas quieren el carro primitivo y el arado virgiliano.
Al desaparecer todos por la escalera del sollado, el de la comisaría habló a Ojeda en voz baja. Una hora después, cuando los emigrantes estuviesen encerrados, vendría el carpintero para meter el cadáver en el cajón. No había que esperar, como otras veces, las horas reglamentarias. Cuanto más pronto saliesen de esto, sería mejor.
Si pudiera, vendría mañana y tarde todos los días, contando con su permiso. Pero en este pícaro mundo, se llega hasta donde se puede, y el que, impulsado por el querer, va más allá del poder, cae y se estrella».
Hablar a su marido con franqueza y confesarle su fragilidad habría sido quizás lo mejor; pero también era lo más difícil. ¡Bueno se pondría!... Sería cosa de alquilar balcones para oírle. ¡Desde que Bringas se enterase de sus enredos, vendría un período de represión fuerte que aterraba más a Rosalía que los apuros que pasaba!
Palabra del Dia
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