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El marqués, que parecía pensativo, exclamó de pronto: ¡Esos dos hombres eran antes tan amigos!... Algo, indudablemente, debe haberse interpuesto entre ellos... Robledo hizo un esfuerzo para que sus ojos no transparentasen lástima ni asombro, y movió la cabeza afirmativamente. Poco después de la salida del sol abandonó Moreno su casa, por haberle llamado Canterac urgentemente.

El ingeniero sabía bien que Torrebianca estaba en su casa con los otros padrinos; pero necesitaba hablar á Elena urgentemente. A pesar de su deseo, retrocedió al ver que Sebastiana le abría toda la puerta invitándole á pasar adelante. Tuvo miedo de encontrarse á solas con la marquesa en el salón. Su entrevista debía ser breve.

Y yo tengo que hablaros urgentemente de un platillo que he inventado yo y que quiero que hagáis dijo con voz ronca el bufón. ¡Ah! ¡habéis inventado un manjar!... dijo el cocinero, que tenía graves motivos para no atreverse á desobedecer al bufón . Pues esto es distinto. Vamos, tío Manolillo, y veamos vuestra invención. Y salió con el tío Manolillo.

Don Francisco de Quevedo y Villegas, del hábito de Santiago, señor de la torre de Juan Abad, y secretario del virrey de Nápoles, solicita urgentemente y para asuntos graves, una audiencia de vuestra majestad. No me dejarán parar dijo el rey con disgusto . ¿Y quién ha dicho á don Francisco que yo estoy aquí?

¡Oh! ¡tenéis sueño, amigo mío!... pues bien, en vuestra casa estáis; voy... Estáos queda... tengo mucho, muchísimo sueño: necesito urgentemente dormir, y en Madrid no duermo... es decir, no paso en Madrid esta noche, á lo menos por voluntad mía. ¿Cómo? ¿nos dejáis?

Este había tenido que salir en las primeras horas de la mañana para la antigua capital de Blefuscú, pero volvería al día siguiente. Con las máquinas voladoras era fácil dicho viaje, que en otras épocas exigía mucho tiempo. El gobierno municipal de la citada ciudad le había llamado urgentemente para que diese una conferencia sobre el Hombre-Montaña, explicando sus costumbres y sus ideas.

Ya está, señor dijo Ledesma. Ahora aparte: comuníquese urgentemente orden al alcalde mayor, para que luego haga prender, donde los halle, á don Francisco de Quevedo y Villegas y á don Juan Téllez Girón, como causantes de la herida de don Rodrigo Calderón, y pase de oficio para que sin levantar mano se empiece á formar el proceso; que cada oficial extienda una de esas minutas y traédmelas para el despacho de su majestad.

El administrador comunicaba su última oferta: millón y medio de francos. No daría más, y era preciso contestar urgentemente, antes que su capricho se fijase en otra adquisición. Miguel levantó los hombros, como si le hablasen de algo sin interés. Di que no quiero vender... Mejor será que no contestes. Veremos más adelante; yo pensaré.