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Actualizado: 6 de mayo de 2025
Lo que yo no consentía era que el amor de la mujer también se disipase. Hasta los crímenes, hasta las horribles tragedias que este amor produjo, no me resignaba yo a que se convirtiese en sueños, convirtiendo en sueños el amor mismo.
Quiero decir con esto que, por no proponerse el autor defender esta o aquella opinión, se coloca por cima de lo opinable, se deja guiar por su recto sentido, y sin sermones o discursos logra que resulten de la condición y carácter de los personajes y de la acción en que intervienen una muy alta moralidad y cierto consolador optimismo, aun en medio o después de las mayores tragedias.
Con mucha honra suya descuella entre sus contemporáneos D. Ramón de la Cruz. Murió á fines del siglo XVIII. Su educación literaria se contaminó también con las doctrinas francesas, y algunas tragedias y comedias que escribió se ajustaban en todo al sistema clásico.
Todos ignoráis que el volcán ruge a pocos pasos de vosotros; no sabéis que hay un hombre que prepara la más horrible de las tragedias; y mañana, cuando salga en los periódicos la extensa relación de lo ocurrido, no podréis imaginaros que la fiera en figura humana que mató al rival, a la novia y hasta a la mamá, si es que se decide a bajar, era el joven «dulce y simpático» que, pálido como un muerto, estaba hecho un poste cerca del cafetín.
EL FAUSTO es una obra dramática, y la primera parte, con el arreglo indispensable para la escena, se representa en los teatros alemanes; pero, así dicha primera parte aislada, como el conjunto que de ambas tragedias o partes resulta, aspiran a tener muy superior importancia. No basta para calificar el todo afirmar que es un poema. Toda narración o acción escrita en verso es poema también.
También D. Manuel José Quintana, nacido en Madrid en 1772, demostró felices disposiciones para la tragedia en su Pelayo, que se distingue por la grandeza de sus ideas y por su dicción enérgica y perfecta. Téngase presente, no obstante, cuando hablamos del lenguaje de todas estas tragedias, que, en lo general, están escritas en yámbicos sueltos de cinco pies, sin rima alguna.
Si el exterminio repugnaba a ciertas almas, ¿por qué no clamar contra las obscuras tragedias que todos los días se desarrollaban en las jaulas de los parques zoológicos?
Teatros de la Cruz y del Príncipe. Disposición interior de los teatros españoles. Nombres de diversos autores ó directores famosos de teatros del año de 1580, que fueron también poetas dramáticos. Tragedias de Jerónimo Bermúdez. Juan de la Cueva. Su dramaturgia. Sus dramas.
El autor tuvo la dicha de elegir para asunto de sus obras, argumentos más simpáticos á sus conciudadanos que los usados por los antiguos. La conocida historia de Inés de Castro forma la base de estas tragedias, que se suceden en orden, constituyendo un todo orgánico.
Torres Naharro. Aparato escénico en la primera mitad del siglo XVI. Dramas religiosos de esta época. Traducciones é imitaciones de tragedias y comedias antiguas. Si las últimas producciones dramáticas de Gil Vicente alcanzan hasta la mitad del siglo XVI, las del poeta, de quien vamos á tratar ahora, nos obligan á retroceder algunos decenios.
Palabra del Dia
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