United States or Cabo Verde ? Vote for the TOP Country of the Week !


Yo le enseñé todo lo que sabía en esgrima, que no es poco, y estoy seguro de que no hay dos en la corte que le metan un tajo ó que le alcancen con una estocada.» ¡Ah! ¡ah! murmuró Montiño ; también le gustan á su excelencia los mozos diestros y valientes. Y siguió leyendo: «Hace tres años que Juan volvió definitivamente, terminados sus estudios.

A más de mediodía volvió la custodia a la Primada. Gabriel, al pasar junto a la puerta del Mollete, vio adornados los muros exteriores con los famosos tapices. Terminados los cánticos de despedida, los sacerdotes se despojaban rápidamente de sus vestiduras, buscando la puerta a la desbandada, sin saludarse. Iban a comer más tarde que de costumbre; aquel día extraordinario turbaba su existencia.

Terminados el sermón y la misa, el relator leyó el juramento del pueblo, y Ramiro unió su voz al ¡, juro! brusco y atronador, proferido a la vez por toda la multitud, y que, al decir de los campesinos, se escuchaba a más de una legua a la redonda.

Ya no podía fijar el joven la fecha del movimiento insurreccional contra la República de las mujeres. Todos los preparativos estaban terminados y las órdenes transmitidas á las diferentes ciudades. Sólo faltaba que se iniciase el movimiento en un Estado lejano, el más favorable para emplear aquel descubrimiento que debía vencer á los famosos rayos negros.

Los trabajos defensivos del buque estaban terminados; las bodegas contenían un cargamento de proyectiles para el ejército de Oriente y varios cañones sin montar. Recibió la orden de partida, y una mañana gris y lluviosa salieron de la rada de Brest. La bruma hizo aún más dificultoso el tránsito entre los escollos que obstruyen este puerto.

Y poseído de súbita consideración por los combatientes, quería deslumbrar al alemán con el relato de las batallas políticas allá en su provincia, tenaces encuentros revólver en mano, sin otros testigos que los peones, que disparaban también; desafíos gauchescos, jamás terminados sin sangre. El belga había acaparado a Maltrana en un rincón.

Terminados sus negocios, se ocupaba de Mauricio. ¿Qué tal había trabajado? ¿Estaban contentos de él en el instituto? ¿Había estudiado sus lecciones? ¿Á qué había jugado en el recreo? Comía con el muchacho, que le daba conversación.

Eran los barberos y sus servidores, que, una vez terminados los preparativos de la operación, querían empezarla cuanto antes. Algunos tenían tienda abierta en la capital, y deseaban volver pronto á sus establecimientos, donde les aguardaban los clientes. Estos trabajos extraordinarios y patrióticos por orden del gobierno no eran dignos de aprecio, pues se pagaban tarde y mal.

El edificio de la Bolsa y el del Hôtel de Ville, que están casi terminados, serán hermosos monumentos. Los paseos públicos son muy bellos, sobre todo el del Prado y el que domina el mar por el lado meridional; y hay en el centro de la ciudad hermosas plazas sombreadas, muy adecuadas á un país donde la tierra parece calcinada por el sol.

Miró a su amiga sin hablarle, y esta se le acercó sonriendo, como si quisiera decir: «Lo que menos esperabas era verme aquí ahora...». ¿De veras eres ...? Y observó que Mauricia traía unos zapatos muy bonitos de cuero amarillo, atados con cordones azules terminados en madroños. ¡Y qué bien calzada!... ¿Qué te creías ? Después le miró la cara.