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Actualizado: 7 de julio de 2025
Hasta le pareció ver á Salomé, que se cernía en lo más alto, agitando rápidamente sus luengas vestiduras á manera de alas, y mostrando hacia abajo las encorvadas y angulosas falanjes de sus dedos, terminados con uñas de lechuza. La lluvia empezó á disminuir.
Asomaba la primera semana del luctuoso mes cuando Beatriz advirtió con terror que los grandes recuadros destinados a América hallábanse a punto de ser terminados, y lo hubiesen estado con anterioridad si Jacques no hubiese más que nunca querido justificar en esta postrer obra suya la reputación del concienzudo y probo artista que la fama pública le había discernido, y no quedaban por hacer sino ligeros retoques, hasta el punto de que ya el apoderado de míster Nicholson en París viniera a entenderse con el pintor acerca del mejor modo y forma de mandar las telas a su destino.
Con Un Faccioso más y algunos frailes menos quedaron terminados los EPISODIOS NACIONALES, y no obstante las excitaciones de algunos aficionados a estas lecturas, me pareció juicioso dejar en aquel punto mi trabajo, porque la excesiva extensión habría mermado su escaso valor, y porque, pasado el año 34, los sucesos son demasiado recientes para tener el hechizo de la historia y no tan cercanos que puedan llevar en sí los elementos de verdad de lo contemporáneo.
Y á impulsos de su rabia, desgarraba sus trajes más originales apenas terminados, buscando además camorra al pobre Adán, para acusarlo de ser el único autor de la pérdida del Paraíso. Sí, tú fuiste, ¡no lo niegues! gritaba ella . Tú me hiciste perder aquel jardín tan agradable y distinguido, con todas mis brillantes relaciones.
Carmela la encajera y Amparo rehusaron con dignidad su parte; pero la chiquillería despachó su ración atragantándose, en las mismas barbas de doña Dolores, que consumó la venganza dando por terminados los villancicos y poniendo en la escalera a músicos y danzantes. Cigarros puros
Tal vez había dejado en su país los recuerdos de un amor desgraciado. Muchas noches, el florentino, tendido en la cama de su alojamiento, escuchaba á Robledo, que hacía gemir dulcemente su guitarra, entonando entre dientes canciones amorosas del lejano país. Terminados los estudios, se habían dicho adiós con la esperanza de encontrarse al año siguiente; pero no se vieron más.
Palabra del Dia
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