Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 14 de octubre de 2025
Tendrías que hacerte monja, pues no habría guapo que te pidiera relaciones. Me abriría de patas en tu puerta y ni a Dios dejaba pasar. María de la Luz sentíase halagada por la expresión feroz que tomaba su novio, sólo al pensar que otro hombre pudiera aproximarse a ella requiriéndola de amores. La brutalidad de los celos amenazantes gustábala aún más que los requiebros amorosos.
Morsamor, que coincidía por lo común con las opiniones de su joven amigo y se complacía en aceptar su parecer y su consejo, estaba en aquella ocasión tan poseído del parecer contrario y tan lleno de la fe y de la esperanza de contribuir a la demostración de su verdad, que encarándose con Tiburcio, exclamó con enojo: Sin duda tendrías razón si por lo material aspirase el hombre al principado y si su valer se midiese por varas o se pesase por arrobas.
Figúrate que esas gentes quieren que me confiese; bueno, me confesaré contigo; oirás singulares revelaciones; pero, no, tendrías miedo... El hombre del chaleco rojo palideció. El fraile, que se había callado hasta entonces, se levantó, salió un momento y luego entró acompañado de dos vigorosos gallegos cargados con cuerdas.
Cásate. Yo no me casé porque cuando pude hacerlo ya era viejo, y además no necesitaba de familia. Con los de tu casa tenía yo bastante. Siempre me quisieron mucho. Lo único que siento es que no he podido pagarles tantos favores como les debo. Amito: si yo fuera rico no tendrías que servir a nadie, nadie te mandaría.... El pobre Andrés me abrazaba enternecido.
Si llego a encontrarme desprevenido, a estas horas me tendrías aún gimiendo amargamente en el fondo de una mazmorra. Y para convencerle, le conté al amigo mi experiencia personal. Fue en Barcelona, hará cosa de unos dos años.
Tendrías razón, tío, si fuera su muerte la que me hiciera dudar de mí y de mi dicha. Pero ¡Dios del Cielo! lanzó una carcajada penetrante y amarga, hace tiempo que renuncié a toda pretensión a la felicidad.
9 Y entró otra vez en el pretorio, y dijo a Jesús: ¿De dónde eres tú? Mas Jesús no le dio respuesta. 10 Entonces le dice Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo potestad para colgarte de un madero, y que tengo potestad para soltarte? 11 Respondió Jesús: Ninguna potestad tendrías contra mí, si no te fuese dado de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.
Ya te lo había yo anunciao, que no tendrías hígados pa decir a esta vieja en su cara lo que a mí me dices cuando tú sabes... Adiós, hombre, adiós, y que seáis felices. ¡Bueno te vas a poner de huesos! ¡Mia que se podían sacar hormillas de esta buena señora! Y dirigiéndose a la esposa ofendida, añadió : Guárdelo usted como oro en paño, que todavía pueden ustés tener familia.
A don Ramón se le encandilaban algo los ojos, a pesar de que doña Encarnación estaba presente, y dejó escapar estas palabras: Si tú te vendieses, aunque en el lugar son casi todos pobres, yo no dudo de que tendrías los ocho mil reales; pero yo no quiero que tú te vendas. Ni yo tampoco replicó la muchacha . Lo dije por decir. Fue una ponderación.
No había comenzado, sino que faltaba poco para que concluyera. ¡Quiá! ¡Qué he de irme! ¿Crees que he venido sólo para esto? Vuelves a ser mía... y hoy te acompaño hasta tu casa. Ni una palabra más. Accedí a oírte, porque supuse que tendrías juicio. Esto se acabó; yo no transigiré nunca con ciertas cosas. Ni yo con perderte.
Palabra del Dia
Otros Mirando