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Actualizado: 19 de junio de 2025
Sonrió al Magistral, y dijo: Los señores están en San Pedro. Ya lo suponía, hija mía, pero vengo muerto de sed y.... La aldeana fingida sirvió en la glorieta del jardín al Magistral un refresco delicioso que improvisó con arte. Dios te lo pague, Petrica. Y hablaron. Hablaron de la vida que hacían allí los señores.
Y ¿por qué no había de estar ya Mesía disputando ese dominio? ¿No cabía en lo posible que la Regenta, aquella santa, y el don Alvarito, se entendieran y quisieran coger en una trampa al pobre Fermo?». Estas malas artes, por complicadas y sutiles que fuesen, las suponía fácilmente doña Paula en cualquier caso, porque ella pasaba la vida entregada a combinaciones semejantes.
Bien suponía yo que habíais de venir por ser noche de domingo, en que tu marido no tendría quehaceres. La otra noche fué una locura lo que hicisteis, creyendo que nadie lo notaría. ¡Venir solas... dos niñas... exponiéndose a la persecución de cualquier majadero mal educado!... No todos son la crema de la cortesía.
Describía moniobras que nadie había visto; suponía en el general y sus colaboradores órdenes que nadie había dado; explicaba el presente con arreglo á mis lecturas pasadas, y siempre encontraba el medio de emparentar la batalla reciente con alguna de las de la juventud de Bonaparte. No había miedo de que alguien protestase escandalizado.
La suponía sola, en estado de escucharme y en una situación que excluía todo peligro. Tomaba la palabra y sin preámbulo, sin rebozo, sin subterfugios, sin palabrería, y, con la misma franqueza que si se tratara de un confidente muy íntimo desde mi juventud, le refiriese la historia de mi pasión, nacida de una amistad de niño de súbito trocada en amor.
Aquella mujer la suponía en amores con Pepe, y lejos de mostrarla enojo, la recibía bien; hasta elogiaba su hermosura...; hablaba de otro hombre y decía orgullosamente mi Millán. ¿Qué era aquello? No se esté Vd. aquí, señorita, que se le van a manchar las naguas... Paz careció de sangre fría para marcharse sin salir de dudas: su calma no podía confundirse con la indiferencia.
En estas dudas mortificantes, salió de su cuarto y se dirigió poco a poco y refrenando mal sus impaciencias, al saloncillo donde suponía que estaría ya Nieves, y estaba, en efecto, haciendo labor, en su sitio de costumbre, junto a la puerta del balcón. Hora y media permaneció allí Bermúdez sin adelantar un paso en sus proyectos.
Consecuencias precisas de esta febril concomitancia con un personaje a quien adornado suponía de seductoras cualidades, fueron un desdén muy vivo hacia el pobre Miquis y una vergüenza de las escenas de aquel día.
«El lienzo está en blanco, decian los adversarios de las ideas innatas, ved en prueba de ello, como trabaja de continuo el artista para cubrirle de figuras.» Pero la doctrina de estos, ¿suponia por ventura que nada absolutamente preexistiese á la experiencia? ¿Admitian que el hombre fuese la simple obra de la instruccion y educacion? ¿Defendian que nuestro mundo interior no fuese mas que una serie de fenómenos causados por las impresiones, y que hubiese podido ser otro el órden intelectual, si las impresiones hubieran sido otras?
Suponía que de entonces acá se le habría pasado su propósito; pero parece que cuando tiene algo en la cabeza... Fue interrumpido; Alicia venía hacia ellos: Ha sido muy amable usted, Martholl, en no haberse ido. ¿Es María Teresa quien ha sabido retenerlo tan bien? ¡Mis felicitaciones, querida! ¿Sería indiscreta pidiéndole que me cediera su inseparable caballero?
Palabra del Dia
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