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Actualizado: 22 de mayo de 2025
Alegrose mucho Fortunata de que el almuerzo concluyese, porque eso de estar sosteniendo una conversación seria y oyendo advertencias y correcciones no la divertía mucho. Gustábale más el trajín de recoger la loza y levantar la mesa, operación en que puso la mano no bien tomaron el café.
Protestó Benina, sosteniendo que la enfermedad de Ponte era de las que exigen trato casero y de familia; en el Hospital se moriría sin remedio, y así, valía más que ella se le llevara a la casa de su señora Doña Francisca Juárez, la cual, aunque había venido muy a menos, todavía se hallaba en posición de hacer una obra de caridad, albergando a su paisano el Sr. de Ponte, con quien tenía, si mal no recordaba, lejano parentesco.
Dábale a entender que sería una tristeza quedar solo, después de haberse acostumbrado a su compañía, y apelaba también, algo grotescamente, a qué dirán, sosteniendo que doña Luz era muchacha y que no debía campar por sus respetos como vieja solterona, que buena y severa que fuese, si vivía sola, habían de decir que era una vaca sin cencerro.
En El mayor imposible parecen juntarse toda la gracia, finura y delicadeza imaginables en una comedia. La reina Antonia de Nápoles celebra en sus jardines una especie de academia poética, en cuyas ingeniosas discusiones rivalizan las damas y caballeros de su corte. Suscítase en ella la cuestión de cuál sea el mayor imposible, sosteniendo la Reina que el mayor es guardar á una mujer.
El viejo había concluido, y el militar iba á dejar á su nuevo amigo; pero notó que estaba éste cada vez más desfallecido y corría peligro de no poder subir si le abandonaba. El locuaz y discreto joven entró, pues, en la casa sosteniendo al realista, que apenas podía dar un paso. La mansión de Elías se ostentaba en la mitad de la calle de Válgame Dios, donde hacía veces de palacio.
Si no quiere usted acompañarme, puede dejarme sola. ¡Pues no faltaba más!... Hasta el fin del mundo...». Una sombra lúgubre que sobre la calle se proyectaba les hizo alzar la vista, y vieron la mole del viaducto en construcción, un bosque de andamios sosteniendo enorme enrejado de hierro.
Pilares de hierro se levantan á distancias iguales, sosteniendo el techo; máquinas, también de hierro, hacen dar vueltas á sus ruedas con movimientos regulares, lo mismo que sus bielas y curvos brazos; dientes de acero cogen la materia que se les echa para dividir, triturar, moler ó amasarla de nuevo, y la convierten en pasta, en hilos ó en nube apenas perceptible, según lo exige la voluntad del dueño.
Aquella brusca partida dejó inmóvil por un instante a la señora de Maurescamp; dio algunos pasos inciertos por el salón, y en seguida dejose caer en un confidente, entregada a la más profunda meditación, sosteniendo con la mano su cabeza y enjugando a intervalos las lágrimas que caían lentamente de sus ojos. ¿Por qué lloraba?
¿Y qué diremos si á tan imponente testimonio se reunen las profecías cumplidas, la santidad de una vida sin tacha, la elevacion de su doctrina, la pureza de la moral, y por fin el heroico sacrificio de morir entre tormentos y afrentas, sosteniendo y publicando la misma enseñanza, con la serenidad en la frente, la dulzura en los labios, articulando entre los últimos suspiros amor y perdon?
Los millones llegados de Rusia se esparcían y desmenuzaban sosteniendo el bienestar y la ostentación de muchas casas, fomentando la elegancia de numerosas señoras, sirviendo de alimento á las industrias del lujo.
Palabra del Dia
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