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Actualizado: 9 de noviembre de 2025
Los dos grupos de curiosos se estremecieron cual si hubiesen tocado con el dedo en el botón de una máquina eléctrica, y un murmullo sordo de complacencia corrió por encima de ellos. Es María dijeron tres o cuatro, esperando que no les oyese más que el cuello de la camisa. ¡Ya era tiempo! apuntó uno en voz algo más alta.
Esta exclamacion improvisada tenia cierto fluido eléctrico. Nuestra curiosidad está satisfecha. La pintura que vemos es la ASUNCION. ¿Puede explicarse el mérito de ese inmenso cuadro? Creo que no. En esto sucede lo que con el color y con el sonido. En vano explicaremos el color al ciego, y el sonido al sordo. El que no reciba estas nociones de la creacion natural, bajará al sepulcro sin ellas.
Un punto luminoso se veía efectivamente a los pies de nuestros jóvenes a unas cien varas de distancia. La silueta de Marta volvió a romper las tinieblas y a resaltar sobre la escasa claridad que entraba por el agujero. Oyose en la cueva un sordo y prolongado rumor que hacía sospechar la proximidad del océano. A los pocos minutos salían a la luz.
Las olas, amontonadas en torbellinos, pasaban silbando; las piedras del cauce, empujadas por las aguas, cambiaban lentamente de puesto como monstruos despertados de su sueño y chocaban entre sí produciendo un sordo ruido; árboles arrancados de raíz, se levantaban fuera del agua y se sumergían pesadamente rompiéndose las ramas contra las piedras arrastradas; las orillas temblaban sin cesar por los choques de los enormes proyectiles que el agua furiosa lanzaba contra ellas.
El viejo cayó desfallecido de nuevo y el silencio inmenso e imponente de la noche volvió a reinar con su paz profunda y aterradora. En aquella situación, el reloj del Cabildo dio las tres de la mañana y el eco sordo de la campana se difundió por la ciudad dormida.
En esto llegó la hora de retirarse. Cuando el duque se acercó a la condesa para despedirse, esta levantó el dedo con aire de amenaza. ¿Qué significa eso? preguntó el duque. Nada, nada contestó ella ; esto significa ¡cuidado! ¿Cuidado? ¿De qué? ¿Fingís que no me entendéis? No hay peor sordo que el que no quiere oír. Me ponéis en ascuas, condesa. Tanto mejor. ¿Queréis, por Dios, explicaros?
En el auto al Nacimiento de Mira de Mescua, titulado El sol á media noche, nos ofrece convertida en esclava á la Naturaleza humana, lamentándose así en la prisión de su desdichada suerte: Tierra cercada de abrojos, Agostada, mustia y seca, Mieses con sudor regadas, Plantas de frutas acerbas, Mudos peces, mar salado, Viento sordo, aves ligeras.
Y era preciso que el recuerdo de aquella figura venerable estuviese aún bien presente en el pensamiento de Grano de Sal y del señor Durand, porque permanecieron un buen rato inmóviles ante el banco. Me parece estarle viendo aún dijo el señor Durand. Y a mí también respondió Grano de Sal. Un rumor sordo anunció la llegada del señor Karadeuc, el párroco. Primero ofició y después subió al púlpito.
¿Acaso te has sentido enferma estos días alguna vez, sin participármelo? No, papá; siempre me he encontrado bien. Luego, ya sabe usted que lo que me atormenta no puede calificarse propiamente de dolor, pues es un malestar sordo y febril, y aun no es continuo, porque me deja en paz algunos ratos.
He contado esta nimiedad tan íntima, tan personal, a guisa de ejemplo, para demostrar que no debe mantenerse contradicción en cosas sin importancia. Una herida de amor propio tarda mucho en curarse; quizá no cicatriza bien nunca. Queda siempre un sordo resentimiento. Y el resentimiento la misma palabra lo dice es el sentimiento más terne, más perenne, de más triste duración.
Palabra del Dia
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